«En el aeropuerto se escuchó un fuerte estruendo y pensé que podía ser un atentado terrorista»
El valenciano Betto García acababa de aterrizar en Marrakech cuando se produjo el terremoto: «Hubo mucha confusión»
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El valenciano Betto García llegó a Marrakech ayer por la noche
«En el aeropuerto no se veía nada y parecía que la enorme cúpula de cristal que hay en la entrada de la terminal se iba a caer», cuenta a ABC desde Marrakech Betto García. El sombrerero valenciano viajó a Marruecos ayer por ... la tarde y, «justo a mitad del vuelo» el piloto se dirigió a los pasajeros para informarles de que «había unas fuertes rachas de viento» y el avión había cogido una corriente, lo que les iba a permitir llegar a Marrakech «entre 30 o 40 minutos antes». «Al llegar pasé el control y me sellaron el pasaporte y fui a pasar la maleta por el último escáner antes de salir a la calle. En ese momento se fue la luz cinco segundos y un hubo un fuerte estruendo y volvió la luz. A los diez segundos hubo otro más largo y nos quedamos sin luz dentro del aeropuerto», relata Betto Gracía.
«En el aeropuerto la gente empezó a gritar y la policía también. Conseguí salir corriendo. Yo viajaba solo y no sabía exactamente que pasaba. Había mucha confusión y la gente estaba llorando. Yo en ese momento realmente no sabía si podía haber sido una bomba, un atentado, un avión que se había estrellado... la posibilidad de que fuera un terremoto ni se me pasó por la cabeza», añade Betto García, quien se encuentra en estos momentos en el Riad que había reservado en el centro de Marrakech.
«En el aeropuerto, al ser una explanada tan grande, había mucho caos. Los conductores de los Riad estaban desaparecidos porque además se cayeron las comunicaciones. Conseguí coger un taxi. Los taxistas no cogían solo un viaje, iban cogiendo a todos los que podían para sacarnos de allí», cuenta.
Cuando llegó al centro de la ciudad vio el caos y fue consciente de la realidad de lo que estaba pasando: «Las construcciones tienen muchos años y había muchos daños. Había mucha saturación para llegar a la Medina. La gente se movía y cargaba con cosas de sus casas. Los turistas arrastrando maletas... todo el mundo intentando entrar en los taxis para ir al aeropuerto, pero sin saber que estaba cerrado, porque conforme salí de la terminal lo cerraron».
Cuando llegó al Riad, le dijeron que tenía que quedarse en una plaza grande donde hay un parking. «Por seguridad me dijeron que no me moviera de ahí porque después del terremoto podía haber réplicas y riesgo de desprendimiento de los edificios. En el centro las calles son muy estrechas y es peligroso», apunta.
«Los marroquis son muy hospitalarios. Sacaron mantas y comida de sus casas y los repartieron entre los que estábamos en la calle»
Betto García
Sombrerero
«Sabía que los marroquís son muy hospitalarios. Pero fue increíble como se volcaron con los que estábamos ahí. Sacaron mantas y comida de sus casas y nos las repartieron para que pudiéramos dormir». A las cinco de la mañana desde el Riad le avisaron de que podía entrar en su habitación. Ahora se encuentra en el centro de la ciudad intentando echar una mano en todo lo que puedan necesitar los servicios de emergencia.
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