La Aemet da la fecha de la vuelta del pleno invierno a España: nieve y temperaturas bajo cero

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María Albert

La presencia de una DANA entre Canarias y la Península hará que aumente la posibilidad de chubascos este fin de semana, acompañados de la calima que llegará desde África

Poco cambiará la cosa este lunes 20 de febrero, que dejará un día muy primaveral en torno a los 20ºC de forma generalizada. Las temperaturas podrían superar los 25ºC en comunidades autónomas del sur, como Andalucía, es decir, que se situarán hasta 10 grados por encima de lo habitual para estas fechas, según ha informado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Los termómetros se mantendrán altos, pero el día estará marcado por la creciente nubosidad, especialmente en el suroeste, aunque podría llegar a extenderse por el resto de la Península y Baleares. Podrían llegar a darse incluso precipitaciones débiles en algunos puntos del oeste de Andalucía y de Extremadura y, algo más dispersas en el resto de Andalucía y Galicia.

Así, durante los primeros días de esta semana gozaremos de tiempo tranquilo y temperaturas suaves. Sin embargo, los últimos días de febrero dejarán un nuevo cambio meteorológico para España, volviendo a congelar nuestro país a partir de mitad de semana.

Entre el miércoles 22 y el jueves 23 se espera que se produzca en nuestro país una caída brusca de las temperaturas. La Aemet ha informado de que, mientras que las temperaturas máximas bajarán en la mayor parte del centro y norte de la Península, las mínimas podrían hacerlo tan solo en el tercio noroeste peninsular.

Este descenso térmico vendrá acompañado de nubosidad y nuevas precipitaciones que, al contrario que esta semana, podrían ser algo más generalizadas en la Península. En zonas del área cantábrica, estos chubascos podrían ser «localmente fuertes o persistentes», mientras que en el resto de España dejarán chubascos débiles y aislados

Vuelve también la nieve a nuestro país, que podría comenzar a caer durante la madrugada del miércoles al jueves. La cota de nieve podría situarse entre los 600 y los 1000 metros en el tercio noroeste peninsular, mientras que en el área mediterránea estará en torno a 1800 y 2000 metros. En el resto de la Península podría llegar a bajar hasta los 1100 metros.

Tal y como revelan los expertos de eltiempo.es, los modelos «apuntan a que podría nevar 20 centímetros o más en las montañas (incluso más de 40 cm en las del norte)». Además, podríamos ver nevadas en amplias zonas del interior de la mitad norte, como Castilla y León, La Rioja o Navarra.

Este cambio de tiempo, con temperaturas bajas para la época y precipitaciones, podría mantenerse si el calentamiento súbito estratosférico ya confirmado por los expertos acaba provocando la ruptura del vórtice polar.

Este fenómeno se produce cuando se da una anomalía positiva de temperaturas en la estratosfera, provocando una alteración en la circulación de los vientos. Los verdaderos problemas vienen cuando estas alteraciones se propagan hacia la troposfera, que es la capa donde tienen lugar los fenómenos meteorológicos que nos afectan. En caso de que esto se produzca, estos cambios podrían dejar aire frío y borrascas en latitudes más bajas.

«Parece probable que puedan afectar a los niveles inferiores a los 100 hPa durante los últimos días del mes y comienzos de marzo, por lo que no es en absoluto descartable esa influencia en la troposfera durante las próximas semanas», explicaba Víctor González, físico y colaborador en tiempo.com.

En caso de que esto suceda, las consecuencias podrían debilitar o incluso fracturar el vórtice polar troposférico, afectando considerablemente a parte de Europa. Este paradigma favorecería la aparición de anticiclones de bloqueo en latitudes altas y facilitaría también la llegada de masas de aire frío, provenientes del ártico, a nuestras latitudes.

Aunque aún es pronto para saber cómo podría afectar a España, lo cierto es que los principales efectos de esta rotura podrían congelar nuestro país, con la llegada de aire frío y borrascas durante las próximas semanas. Desde Meteored recordaban que «no necesariamente un vórtice polar debilitado tiene que suponer la llegada de masas de aire frío a la Península».