La Aemet avisa de la grave anomalía que afectará a España esta primavera: las regiones más perjudicadas

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha explicado que, aunque los primeros días de la estación estarán marcados por un bloqueo anticiclónico y por una corriente en chorro situada más al norte de Europa, las precipitaciones serán bastante escasas en nuestro país. Apenas habrá chubascos en la Península y aquellos que se den estarán limitados al oeste de Galicia, donde se concentrará la lluvia de estos días.

Además, durante los últimos días del mes de marzo se espera que las temperaturas se sitúen por encima de la media en prácticamente toda la Península, entre 5 y 10ºC por encima de la media en muchas zonas. «En algunas regiones del sur se esperan máximas que incluso se situarán entre los 25ºC y los 30ºC», ha explicado Mario Picazo en su previsión para eltiempo.es.

La escasez de precipitaciones podría suponer un grave problema para España, pues este invierno ya ha sido mucho más seco que en años pasados. Así, la sequía meteorológica podría llegar a agravarse a lo largo de esta primavera en prácticamente todas las cuencas del país.

España lleva lidiando desde hace años con la sequía meteorológica, que afecta siempre a muchas comunidades, donde incluso se llegan a dar cortes de agua para evitar el despilfarro durante los peores meses.

Así lo demuestran también los datos de este invierno, que ha sido más cálido y seco de lo habitual. En los meses de diciembre, enero y febrero la temperatura se ha situado hasta 0,8ºC por encima respecto a los promedios habituales. Además, por primera vez, cinco inviernos consecutivos son, al menos, cálidos, según la Aemet.

Las lluvias durante el invierno estuvieron un poco por encima del promedio normal (un 3%) y ha sido húmedo en conjunto, aunque en el tercio oriental peninsular las precipitaciones del invierno han sido más escasas.

Sin embargo, las previsiones de cara a esta primavera no son especialmente alentadoras y dejan muchas dudas sobre el tiempo en nuestro país. Tal y como ha explicado la Aemet, esta escasez de precipitaciones que ya se ha producido durante el invierno podría verse agravada ahora con la llegada de los meses más calurosos del año.

«Durante los próximos diez días, las borrascas circularán por latitudes superiores a las nuestras y su influjo únicamente se notará en Galicia y zonas próximas. En el resto del país, las lluvias serán muy escasas o nulas», explicaba la Aemet a través de su cuenta de Twitter. Si esta tendencia continúa, según el organismo, podría traer la peor de las previsiones: «Si se cumple, marzo acabará más seco y cálido de lo normal».

Por otra parte, si se confirman todas estas previsiones, podría llevar a «un verano complicado de incendios», ha avisado Del Campo, debido a la sequedad de la tierra, la falta de agua y las altas temperaturas.

No todas las comunidades autónomas de nuestro país se verán afectadas de la misma manera. Esta situación preocupa sobre todo en las regiones que más cerca se encuentran del Mediterráneo y, especialmente, en Cataluña, donde podrían darse cortes de agua habituales en las dos próximas estaciones. Por su parte, en la vertiente atlántica sí podrían producirse más precipitaciones importantes.

No será España el único país que se podría ver afectado por esta escasez de lluvias con la llegada de las semanas más calurosas del año. Así lo ha explicado el Centro Común de Investigación (JRC, por sus siglas en inglés) de la Comisión Europea, que ha señalado que en toda Europa podría llegar a vivirse una sequía similar a la del verano de 2022, calificada «entre severa y extrema».

Según un informe del JRC, los países más afectados por esta escasez son los situados en el sur y oeste del continente, especialmente Francia, España y el norte de Italia. En estas regiones, de hecho, se comienzan a observar «anomalías sustanciales de humedad del suelo y flujo de sus ríos».

Las lluvias que se produzcan finalmente esta primavera, y que todavía son inciertas, podrían determinar finalmente el desarrollo de esta sequía tras un «invierno excepcionalmente seco y cálido». «Las previsiones estacionales muestran una primavera más cálida de la media en toda Europa, mientras que las previsiones de precipitaciones se caracterizan por una incertidumbre y variabilidad espacial mayor», han señalado en este informe.