La advertencia de una madre sobre beber vino durante el embarazo después de que su hijo naciera con problemas de desarrollo

Sin embargo, durante su segundo embarazo con su hijo Noah, Battaglia reconoció que estaba mucho más relajada y hubo momentos en los que bebió vino durante el mismo.

«Hubo algunas ocasiones con mi segundo embarazo en las que sí tomé un vaso», dijo. «Recuerdo que hubo una ocasión en la que tomé dos y definitivamente comencé a sentir el efecto del alcohol».

Battaglia explicó que si bien el embarazo fue «saludable y normal», dado que dio a luz a un «hermoso niño», desarrolló «algunos gestos interesantes» cuando tenía seis meses. Por ejemplo, dijo que le resultaba «difícil enderezar los brazos» y los sostenía en un «ángulo recto».

Dijo que una vez que se dio cuenta de que algunos de los gestos de su hijo no eran «normales», lo llevó a ver a un pediatra, quien le había preguntado a la madre si bebía alcohol durante el embarazo.

«Recuerdo que me congelé», contó Battaglia. «No esperaba esa pregunta, y mentí. Estaba avergonzado y pensé: 'Incluso si fuera el alcohol, no hay nada que pueda hacer al respecto ahora de todos modos, entonces, ¿cuál es el punto en decir la verdad?'».

Battaglia continuó recordando que cuando otro médico intervino para examinar a su hijo, le dijeron que «sospechaban» que tenía parálisis cerebral, un grupo de trastornos que afectan la capacidad de movimiento.

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La madre con sede en Melbourne se refirió a lo «devastada» que estaba cuando escuchó esto, antes de acudir a otro médico para obtener otra opinión. Luego reveló que este médico también le había preguntado si bebió durante su embarazo.

Sin embargo, dijo que «mintió», ya que «no podía soportar» decir cuánto bebió durante el embarazo. El pediatra también coincidió en que el hijo de Battaglia podría estar desarrollando una parálisis cerebral.

Si bien beber durante el embarazo no es una causa directa de esta afección, la parálisis cerebral «se debe a un daño en el cerebro en desarrollo durante el embarazo, el parto o poco después del nacimiento», como lo señala el sitio web oficial de Cerebral Palsy Alliance .

Según el Servicio Nacional de Salud de EE.UU., beber alcohol durante el embarazo puede causar que los bebés desarrollen otra afección grave, el trastorno del espectro alcohólico fetal. Este trastorno puede crear problemas físicos en las articulaciones, los huesos y los músculos del bebé.

Después de hablar sobre las similitudes entre la parálisis cerebral y el trastorno del espectro alcohólico fetal, abordó que, si bien consiguió que Noah trabajara con un fisioterapeuta, todavía se preguntaba cuál podría ser su salud física en el futuro.

«Nunca sabremos si lo que le pasó a Noah fue por el alcohol, pero nunca sabremos que no fue por el alcohol», agregó Battaglia. «Y supongo que nuestro papel como madres, mujeres embarazadas, es volver a aprovechar el riesgo de daño de cualquier manera que podamos».

Explicó que si bien su hijo no fue diagnosticado oficialmente con parálisis cerebral, dijo que tuvo «suerte» de detectar sus problemas de desarrollo a tiempo, ya que le permitió encontrar diferentes tipos de «intervención» para tratarlo.

En declaraciones a 'Insider', duplicó sus arrepentimientos por beber durante el embarazo y agregó: «Por experiencia personal, puedo asegurarles que una copa de vino o dos durante el embarazo no vale la pena».

Las principales organizaciones médicas, incluido el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos y la Asociación Estadounidense de Pediatría, sostienen que no se conoce una cantidad segura de alcohol durante el embarazo.

Cuando bebes durante el embarazo, el alcohol en el torrente sanguíneo pasa a través del cordón umbilical al feto, que no está bien equipado para metabolizar el alcohol. Eso puede causar aborto espontáneo, muerte fetal, defectos de nacimiento y trastornos del espectro alcohólico fetal.

En un estudio reciente, el primero en utilizar resonancias magnéticas para medir los efectos del alcohol en la estructura y el crecimiento del cerebro fetal en tiempo real, los médicos encontraron que menos de una bebida alcohólica a la semana cambió el cerebro en desarrollo de manera que podría ocasionar problemas como deficiencias en el lenguaje.

Además, hay estudios que no encuentran relación entre el consumo ligero o moderado de alcohol y los problemas de desarrollo en los niños. La experta en crianza y economista Emily Oster ha señalado un estudio danés que sugiere que hasta ocho tragos a la semana durante el embarazo no tiene ningún efecto sobre la inteligencia o los niveles de atención de los niños.

Sin embargo, otras investigaciones anteriores encontraron que del 10% de las mujeres embarazadas que beben durante el embarazo, uno de cada 13 de sus hijos tendrá un trastorno del espectro alcohólico fetal y uno de cada 67 tendrá síndrome alcohólico fetal.