Adornos, árbol y empaches: los peligros navideños para nuestras mascotas

Desayunos, comidas, meriendas, cenas y la llegada de invitados a casa tan frecuentes en estos día suponen, como decimos un auténtico desafío para la glotonería de nuestras mascotas. Los vómitos son uno de los problemas digestivos más frecuentes que presentan perros y gatos en algún momento de su vida, pero en estas fiestas es cuando con mayor frecuencia suceden.

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Carmen Aniorte

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Las causas principales de este trastorno son sobre todo y según veterinarios consultados, las alteraciones de su dieta habitual, la ingestión de sustancias irritantes para el estómago e incluso la presencia de cuerpos extraños. Desde aquí y como siempre cuando llegan estas fiestas les recomendamos y no nos cansamos de advertirles que por mucha mirada tierna que les pongan -los que tienen perro saben de lo que les hablamos- no les ofrezcan trocitos de turrón, mazapán o restos de la comida de la cena.

Los alimentos grasos, especias o picantes pueden causar vómito y diarrea e incluso en casos graves puede llegar a producirlas inflamación del páncreas. Los huesos de aves y otros animales (las típicas chuletas) se pueden partir y producir desde lesiones en la boca hasta complicadas perforaciones en el esófago.

Los dulces es otro tema a tener en cuenta y no solo en estas fechas, no son buenos en ninguna época del año. Un ejemplo lo tenemos en el chocolate, un ingrediente típico de muchos de los dulces navideños, resulta tóxico para los perros. Además, las cáscaras del marisco les pueden causar molestias estomacales y la carne de cordero es especialmente indigesta para ellos, pudiendo provocarles serias dolencias.

Respecto a la ingesta de sal, en el caso de los perros, estos necesitan tomar muy poca. Con la cantidad que ingieren con su pienso habitual es más que suficiente, ya que de no ser así pueden llegar a tener serios problemas de corazón.

Si es de los que quieren mimarles y no dejarles con la boca hecha agua existen en el mercado una serie de productos especiales, conocidos entre los propietarios de mascotas como chuches o premios, con sabores a pollo, ternera o salmón. Se los puede dar, pero no en exceso.

En el tema de la comida también hay que tener mucho cuidado con el cubo de basura tras la cena. Nuestro fiel amigo y su sentido olfatorio le trajo un sinfín de mensajes deliciosos.

Sabía que no debía hacerlo, pero la tentación venció, se acercó y engullo rápidamente. Su estómago ahora está repleto y nadie se lo puede arrebatar ya... Este perro era víctima del instinto y otra vez terminó con un empacho -conocido familiarmente como «Turronitis«- en el Centro Veterinario, acompañado por sus preocupados propietarios.

El tercer consejo alude, pues, a la prevención de esconder el cubo de la basura o cerrar bien la bolsa en el mismo ya que estos los perros son muy zorros y pueden romper la bolsa de la basura y hacerse con el preciado botín. Con todo ello se evitarán más de un disgusto.

Nuestro consejo y para evitar tentaciones mutuas, unos por implorar con su famosa mirada de llevar un siglo sin comer, y otros, que quieren darles algo para que sean participes del festín: el perro cenará adecuadamente antes que nosotros y así estará saciado. Además, lo dejaremos en su cuarto y no debajo de la mesa y así evitar furtivos impulsos.

Hay que tener mucho cuidado con las cintas, espumillones, bolas y otros adornos navideños. También plantas como las agujas de abeto (naturales o de plástico) y las flores de pascua. A modo de prevención no se debe dejar tirado nada por el suelo o al alcance de ellos. En el caso de los gatos su curiosidad le puede hacer pasar malas pasadas. Desde Sanicat ofrecen una serie de consejos para evitar disgustos con los lindos gatitos

Las agujas del abeto o pino pueden ser tóxicas, además de punzantes, por lo que es mejor optar por un árbol falso. En cualquier caso, tanto si elige una planta real como una falsa, es mejor que opte por un tamaño no excesivo para que también pueda limitar los daños en caso de que se caiga sobre su gatito si decide jugar con él. Asimismo, la ubicación del árbol es clave para mantenerlo a salvo de tu mascota. Es mejor colocarlo en un espacio abierto y alejado de las llamadas zonas de lanzamiento, es decir, lejos de ventanas, muebles altos y cualquier otra superficie que su felino pueda usar para saltar sobre él.

Es recomendable atar la punta al techo, para evitar caídas bruscas, y fijar los cables de las luces con cinta adhesiva directamente en el suelo para que no se conviertan en un estímulo atractivo para divertirse con ellos.

A muchos gatos les da grima el papel de aluminio y prefieren no pisarlo, así que poner unas láminas de papel de aluminio alrededor del árbol o envolver el tronco de su árbol en papel de aluminio casi siempre hará a los gatitos mantener la distancia.

A los gatos no les gustan los olores cítricos en general. Colocar unas cáscaras de limón o naranja alrededor de la base del árbol puede ser más eficiente de lo que se imagina. Otra opción es preparar un repelente de gatos casero. Basta con rociar el árbol con una mezcla de agua y unas gotas de aceites esenciales de citronela, naranja o limoncillo (Lemongrass) para mantener alejados a los felinos más atrevidos.