Activistas climáticos asaltan una mina de lignito en Alemania

Los habitantes de Lützerath han abandonado progresivamente el pueblo desde que, el pasado otoño, el gobierno regional de Renania del Norte-Westfalia cediese el terreno al gigante energético RWE, que va a demolerlo para expandir la mina de lignito al aire libre con la que contribuirá a paliar la crisis energética que sufre Alemania. Unos 200 activistas se instalaron en las casas vacías y este pasado fin de semana unas 2.000 personas participaron en actos de protesta, en los que partició Luisa Neubauer, líder alemana de Fridays for Future.

Caída la tarde, un numeroso grupo se dirigió a las instalaciones de la mina de Garzweiler y las asaltaron produciendo daños a la propiedad y heridas a los agentes y funcionarios que intentaban protegerla. La ministra regional de Economía y Clima, Mona Neubaur, que pertenece al partido Los Verdes, ha criticado a primera hora que «cualquiera que hiere o incluso amenaza a las fuerzas de seguridad cruza una línea inaceptable». «La violencia es siempre la peor de las opciones, por eso pido a todos los involucrados en Lützerath y sus alrededores que se comporten pacíficamente y no den otra vuelta de tuerca a esta escalada», ha añadido, mientras los alrededor de 700 manifestantes que siguen en el pueblo se preparan para resistir. «Esperamos poder mantener Lützerath durante seis semanas», fija como objetivo Dina Hamid, portavoz de la iniciativa «Lützerath lebt» (Lützerath vive).

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A la espera del desenlace, el partido Los Verdes, que forma parte de la coalición de gobierno junto con socialdemócratas y liberales, se ve comprometido por esta protesta verde anti-verde. La ejecutiva del partido se reúne hoy a puerta cerrada en Berlín en busca de una estrategia política que le permita recuperar a su electorado natural, que reniega del partido debido a las medidas que ha impulsado durante el primer año de legislatura, como la prolongación de la vida de las centrales nucleares todavía activas, la prolongación de la energía a partir del carbón y el apoyo militar a Ucrania.

Lützerath surge como gran símbolo de este distanciamiento. «Está claro que no esperaban tanta resistencia», explica la líder juvenil Luisa Neubauer, «se puede decir que aparentemente se nos han subestimado«. «El pueblo aquí está repleto de gente que ha venido de todo el país. Y ese no es un viaje sin complicaciones. Hay muchas carreteras bloqueadas y barricadas policiales. Pero la gente lo asume porque entiende que ahora hay que darlo todo», «pero lo que han visto hasta ahora era solo el comienzo. La gran manifestación es el próximo sábado y contamos con gente de diferentes generaciones, ambientes y condición social: desde niños pequeños con pantalones impermeables hasta sus abuelos».

Los activistas han construido barricadas en las vías de acceso al pueblo y permanecen atrincherados. La Policía anuncia una evacuación «transparente y pacífica».