Activistas del clima atacan a la policía en el desalojo de la mina alemana de Lützerath

Más de 1.500 agentes han abierto paso a obreros que construyen una valla para asegurar poco a poco el territorio que reconquistan a los activistas

Un momento del desalojo este martes de AFP

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

«Los okupas están lanzando a los agentes piedras y elementos pirotécnicos», informa un portavoz policial, «no nos toma por sorpresa pero sí sorprende la cantidad de cócteles molotov que tenían preparados y la disposición a la violencia». Así ha comenzado a primera hora ... de la mañana la operación de desalojo de Lützerath, en el que permanecen atrincherados unos 300 activistas por el clima que protestan contra la demolición del pueblo para permitir la ampliación de una mina de lignito de la empresa RWE, que cuenta con el acuerdo del gobierno y el respaldo de los tribunales.

«Dejen de lanzar cócteles molotov de inmediato. ¡Compórtense pacíficamente y sin violencia!», ha pedido la policía en Twitter. También han sido atacados varios sanitarios de los servicios de emergencia desplegados en la zona, según informa la agencia alemana DPA. «Existe una última posibilidad de abandonar el lugar voluntariamente. De lo contrario, hay que esperar la aplicación de la coerción inmediata«, afirma un comunicado policial al que un pequeño grupo de activistas ha reaccionado siguiendo la solicitud y saliendo voluntariamente, sin que siquiera se les haya pedido la documentación.

Sencillamente, han sido escoltados fuera de las instalaciones por agentes de policía. La policía ha llamado especialmente a los padres con hijos pequeños que permanecían en el pueblo a abandonar la zona en la que previsiblemente se van a producir disturbios y situaciones de peligro. Los que han preferido seguir resistiendo exhiben pancartas en las que puede leerse «Os costará muy caro» y «Policía comprada».

«La gente está decidida a mantenerse en sus puestos hasta el final», asegura Mara Sauer, portavoz de la iniciativa «Lützerath Lives», «si se empeñan en sacarnos de aquí, definitivamente les llevará mucho tiempo y pagarán un precio político». Los más de 1.500 agentes llegados desde el resto de los Bundesländer para apoyar la operación han superado ya barricadas incendiadas y han abierto paso a unos 250 trabajadores de la construcción que van levantando una valla para asegurar el territorio que van reconquistando.

Casas en los árboles

Algunos de los activistas se han atrincherado en las casas que los habitantes de Lützerath abandonaron tras cobrar las indemnizaciones y marcharse del pueblo hace meses. Otros dormían en tiendas de campaña que ahora han cambiado por casas de madera construidas en los árboles, desde las que gozan de un punto estratégicamente aventajado en su enfrentamiento con la policía.

Entre los antidisturbios y las casas hay cadenas de contenedores dispuestos a modo de muralla y torretas de madera. Las fuerzas policiales han comenzado rodeando el pueblo y después han empezado a avanzar, de manera que van estrechando el cerco. Algunos activistas publican en redes sociales que los agentes han llegado ya a la zona de acampada y desde Berlín se sigue minuto a minuto la operación de desalojo con la respiración contenida.

Eliminación gradual del carbón

El trasfondo de este enfrentamiento es un plan acordado el pasado mes de octubre por el ministro de Economía y Clima, el verde Robert Habeck, con el CEO de RWE, Markus Krebber. Como medio para aliviar la crisis energética que sufre Alemania, Habeck acordó adelantar la eliminación gradual de la energía procedente del carbón a 2030, ocho años antes de lo estipulado anteriormente, a cambio de permitir a corto plazo un aumento del dragado de carbón en esta mina.

Los cien habitantes del pueblo que es necesario demoler para ello han sido debidamente indemnizados y no han planteado resistencia, pero los activistas por el clima han abanderado la causa como símbolo de la «gran traición» que a su juicio está perpetrando el partido Los Verdes, que desde hace un año forma parte del gobierno alemán en la «coalición semáforo», con socialdemócratas y liberales.

«Responderemos con piedras»

«Tras un inicio violento de la operación, la situación se ha estabilizado ahora», actualizan la información los portavoces de la policía, « el área ha sido acordonada con agentes y con vehículos policiales, ya nadie entra ni sale sin autorización y se está procediendo a retirar barricadas». «Por supuesto que habrá enfrentamientos hoy», avanza en Instagram el activista Tadzio Müller, «y si nos arrojan gas pimienta o nos golpean, responderemos con piedras. La pregunta es ¿hasta dónde estás dispuesto a llegar? Y ¿de qué lado estás?», d ellos que tiran piedras o del capitalismo fósil?». Según el jefe de policía de Aquisgrán, Dirk Weinspach, la evacuación del pueblo es una de las operaciones más desafiantes a las que se ha enfrentado nunca.

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