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¿Y después de la ESO?

Estos son los caminos que se abren tras la Educación Obligatoria

Roberto Pérez

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Al acabar la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) toca decidir hacia dónde dirigir los pasos académicos para encarar con éxito su futuro profesional. Es un momento crucial y el joven se enfrenta a él –con carácter general– con solo 16 años de edad. De entrada, hay que decidirse entre el Bachillerato o la Formación Profesional. Y, a partir de ahí, elegir las ramas concretas pensando más a largo plazo.

El pedagogo Enrique Castillejo, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Pedagogos de España, destaca que lo ideal sería que cuando el alumno tiene que decidir qué camino elegir tras la ESO lo haga después de haber recibido un proceso de orientación especializado desde la infancia, desde la Enseñanza Primaria. Pero –lamenta– en España no ocurre eso, porque hay «muy pocos» orientadores en la enseñanza pública y, pese a la importancia de esta figura, tampoco está suficientemente valorada profesionalmente por la Administración. Se queja de que, al contrario de lo que ocurre en los países de nuestro entorno, en España ni siquiera se exige ser pedagogo para ejercer como orientador.

«El proceso orientador debe ser temprano, desde Primaria. Cuanto más precoz, mejor, porque lo ideal es detectar cuanto antes los talentos, habilidades especiales y preferencias de cada niño, para desarrollar esas potencialidades de forma coordinada entre los profesores, los padres y el propio niño», destaca Castillejo. Eso permitirá sacar el mejor partido de sus capacidades a futuro, una suerte de «carrera de fondo» que le permitirá llegar a los 16 años con las ideas más claras para tomar la decisión sobre su futuro académico y, además, con una mayor garantía de acierto.

En España no existen orientadores en Primaria

Sin embargo, pese a la importancia de que ese proceso comience a edad temprana, en España no existen orientadores en Primaria –es una vieja reivindicación del Colegio de Pedagogos que no ha sido atendida por la Administración– y escasean en las escalas educativas superiores. «La ratio no baja de un orientador por cada 450 alumnos en ninguna comunidad autónoma cuando se sabe, técnicamente, que debería haber al menos uno cada 250», explica Castillejo.

Cambio de estudios

Lo que parece evidente es que una gran parte de los jóvenes acaban eligiendo estudios de forma desacertada. El presidente de los Colegios de Pedagogos da una cifra reveladora: «Informes de las propias universidades indican que el 46% de los estudiantes de primer curso de Grado –las antiguas licenciaturas– dejan los estudios o los cambian en ese primer año en la universidad, lo que evidencia que no eligieron adecuadamente cuando les tocó decidir qué iban a estudiar». Y, a menudo, el error no se produce en el momento de decidirse por la universidad, sino que viene de lejos, de cuando les tocó inclinarse tras la ESO por cursar una FP o el Bachillerato, o qué modalidad de Bachillerato escoger.

Por eso, Castillejo subraya que lo ideal es que haya un proceso orientador de años, que arranque a edad temprana y en el que estén implicados, junto al alumno, sus padres y los profesores, de forma coordinada. Y reconoce que, además, también hay que vencer viejas resistencias que siguen presentes en m uchos padres que siguen viendo la Formación Profesional como una alternativa educativa «de segunda». Pese a lo mucho que se ha avanzado en desterrar esa errónea apreciación, Castillejo afirma que sigue habiendo muchos padres que no valoran la FP y que, al incurrir en ese error, acaban perjudicando a su hijo. El caso típico es el de empeñarse en que un adolescente dirija sus pasos hacia la universidad –y acaba fracasando en ella–, cuando su perfil es más acorde con un título de especialización profesional. «Considerar que la FP es de segunda es un tremendo error, porque en realidad es todo lo contrario: hoy en día los ciclos formativos son los grandes descubridores de talento», además de una extraordinaria plataforma de inserción en el mercado laboral. De hecho, los grados superiores de FP son otra de las vías de acceso a la universidad, de modo que se dan no pocos casos de alumnos que acaban cursando estudios universitarios tras haberse titulado como técnicos superiores en especialidades de Formación Profesional.

Los caminos

Con todas esas variables, al final toca elegir cuando acaba la ESO. Y acertar en la decisión no es asunto menor para el futuro del alumno. A continuación se exponen los principales itinerarios posibles.

• Bachillerato: Al Bachillerato se puede acceder tras superar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y dura dos cursos. Hay tres modalidades: Ciencias, Humanidades y Ciencias Sociales, y Artes. Las materias objeto de estudio están conformadas por asignaturas troncales, específicas y de libre configuración. Es importante meditar la modalidad de Bachillerato a cursar, para que sea acorde a los estudios universitarios que se pretendan realizar en el futuro. Hay que tener en cuenta que en la prueba de acceso a la universidad se puede subir nota presentándose a la fase específica, y en la calificación final pesan más o menos los resultados obtenidos en esas asignaturas según los estudios superiores a los que se quiera optar.

• FP grado medio: A los ciclos de Grado Medio se accede tras superar la ESO o haberse titulado en una Formación Profesional Básica. En su defecto, cabe también la opción de acceder tras superar un curso de formación específico o una prueba de acceso que se convoca anualmente. Duran dos cursos, combinan enseñanzas teóricas y prácticas y permiten obtener un título de técnico en la profesión que se haya cursado. Existen decenas de opciones profesionales en las que formarse, desde las relacionadas con administración y gestión, hasta las vinculadas con la química, pasando por la sanidad, el medio ambiente, la agricultura, la electricidad y la electrónica, la edificación, la informática la hostelería y el turismo, entre otras.

• FP grado superior: Dan lugar a la obtención de un título de técnico superior. La duración depende de la especialidad elegida. Para cursar un ciclo de Grado Superior es preciso disponer del título de Bachillerato, haberse titulado en un ciclo de Grado Medio de la misma familia profesional o tras superar una prueba de acceso específica. La oferta de titulaciones es también amplísima, en línea con la existente para la FP de Grado Medio, y con alternativas de especialización estrechamente ligadas al mercado laboral técnico.

• FP artística y deportiva: Con la ESO aprobada y tras superar pruebas específicas de acceso, se pueden cursar enseñanzas profesionales de Grado Medio en dos campos concretos: el de Artes Plásticas y Diseño, por un lado, y el de Enseñanzas Deportivas, por otro. Los ciclos medios de Artes Plásticas y Diseño duran entre uno y dos años, y forman en las diferentes áreas de las artes aplicadas y los oficios artísticos. El de Enseñanzas Deportivas se estructura en dos niveles, cada uno de los cuales da lugar a un certificado de primer nivel y a un título de técnico en la disciplina deportiva en la que se haya especializado el alumno.

• Unive rsidad: Se puede acceder tras haber cursado el Bachillerato y haber superado la prueba de acceso a la universidad; tras haber obtenido el título de técnico superior de Formación Profesional (Grado Superior o técnicos superiores en deportes o en artes plásticas-diseño); o con las distintas pruebas específicas de acceso a la universidad específicamente previstas para adultos (con al menos 25 años cumplidos). La universidad ha sido, tradicionalmente, el siguiente escalón formativo tras el Bachillerato, pero con el paso de los años ha ido ganando peso la alternativa de la FP de Grado Superior.

• Carrera militar: Las Fuerzas Armadas constituyen otra salida formativa y profesional especializada. Caben varias opciones de acceso, pero las dos que conllevan un empleo permanente son los estudios en las escalas de oficiales o de suboficiales. Para acceder a esas escalas es preciso superar las pruebas selectivas que se convocan anualmente. En cualquier caso, hay diversas vías posibles para ingresar en esas escalas. En el máximo escalón están las academias militares.

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