Ni la fe ni el volcán se apagan en La Palma

La Vigen del Pino salió desde la ermita ubicada en el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, que fue ‘restaurada’ por los bomberos el día anterior, el lunes, para que pueda recuperar la luz. Los bomberos venidos de Gran Canaria entraron con sus vehículos y escaleras para quitar la ceniza de los paneles solares que tenía a oscuras el templo sin posibilidad de dar misa. Dos compañeros sujetaban la escalera mientras un tercero, con arnés, trepaba como Spiderman hasta el techo de la ermita y retiraba con un pincel los montones de ceniza acumulados en los paneles solares del techo, los que alimentan de energía a este templo que no ha podido dar misa por falta de luz.

« Lo hacen con una escobilla y no con agua, para no dañar y manchar la fachada », explica Miguel Ángel, un bombero con 41 años de experiencia. Pablo, a su lado, muestra otro vídeo en el que les tocó quitar las campanas de una Iglesia. Todo lo hacen para salvar el patrimonio de las garras del volcán. No solo cuidan de los vecinos, también protegen lo que pueden de un volcán que no tiene piedad y arrasa con todo. «Cuando lo veo bien de cerca, la lava a metros, lo primero que se me cruza por la cabeza es que no somos nada», dice a ABC el sargento Jesús Madero.

Aparte de la Virgen del Pino, también ayer salieron ayer en procesión las vírgenes de Las Angustias (Llanos de los Aridane y Tijarafe) y Las Nieves, patrona de la 'isla bonita'.