Suscribete a
ABC Premium

Vivir entre médicos y pastillas: el drama diario de las víctimas de la colza

Los afectados por el síndrome del aceite tóxico denuncian el abandono institucional al que son sometidos

Carlos Serrano con el cable de su máquina de oxígeno FOTO: IGNACIO GIL / VÍDEO: DAVID CONDE
Elena Calvo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En 1981, a sus 16 años, Carlos Serrano podía saltar el tejado del colegio de al lado de su casa para colarse en el patio y jugar a baloncesto con sus amigos. Ahora, con 56, no puede subir un solo escalón o moverse más ... de los ocho metros de autonomía -«del salón a la cocina»- que le da el cable de su máquina de oxígeno. Es uno de los afectados por la enfermedad de la colza y desde aquel fatídico día en el que saltar ese tejado para volver a casa ya le costó y difícilmente pudo subir los cuatro pisos que le separaban de la puerta de su hogar, no recuerda un solo día de su vida sin dolor . «Cansancio, calambres... no hay un solo día que no tenga nada. Y por las noches aún peor. No hay noche que pueda dormirla entera, siempre me despierto con dolor», lamenta.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia