El Vaticano acepta la renuncia, por motivos de edad, del obispo español Pedro Casaldáliga

Casaldáliga, nacido en Balsareny (Barcelona) el 16 de febrero de 1928, es uno de los más reconocidos defensores de la Teología de la Liberación aplicada a Iberoamérica. Ordenado sacerdote en 1952 -en una multitudinaria asamblea de la que salieron medio millar de nuevos sacerdotes españoles-, el obispo dimisionario de Sao Félix de Araguaia -en pleno Matto Grosso- se dedicó desde los comienzos de su pontificado a defender la causa de los indígenas del Amazonas, lo que le costó amenazas de muerte y problemas con el régimen militar brasileño. Pertenece a la orden de los religiosos claretianos, al igual que el vicepresidente del Episcopado español, Fernando Sebastián.

Durante los últimos años, las diferencias entre Casaldáliga y Roma se habían hecho cada vez más patentes, sobre todo en cuestiones relativas al celibato sacerdotal o el sacerdocio femenino. Hace unas semanas, el propio prelado denunció que la Santa Sede había decidido «echarle» de la diócesis contra el criterio de buena parte de sus fieles.