La variante Delta, enemigo del «curso seguro» que presupone Educación
Algunas autonomías presentan reservas sobre la conveniencia de estrechar la distancia entre pupitres y encajar a más alumnos en las clases
Una reunión sectorial el próximo miércoles apuntillará los flecos del protocolo aprobado en mayo
El Ministerio de Educación mira hacia atrás como garantía de que el futuro más inminente será seguro. Si el pasado curso escolar se lograron mantener abiertas hasta casi un 90% de las aulas, semanalmente en toda España, gracias a la responsabilidad de las familias, profesores ... y el resto de la comunidad educativa, entonces el próximo 2021-22 promete repetir el esquema, deduce Educación, porque, además, se cuenta con dos bazas a favor: la práctica totalidad de los docentes están vacunados este año a diferencia del pasado septiembre; y los niños mayores de 12 comienzan a estarlo. Según dijo ayer la titular del ramo, Pilar Alegría , en un acto celebrado en Navarra, casi el 50% de los jóvenes de 12 a 18 años (amplió la horquilla de edad más allá de la enseñanza obligatoria) ya han recibido una dosis; y el 10%, la pauta completa.
Es debido a que el punto de partida se antoja mejor que el año pasado que la propia Alegría ha adelantado varias veces desde su nombramiento en julio que el protocolo sanitario para las aulas en el curso académico 2021-22 será el consensuado el pasado 18 de mayo en la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial de Salud y que solo ha sufrido pequeñas modificaciones en otro documento del 29 de junio; pero que no implantará grandes novedades, lo que no deja a todo el mundo satisfecho. Algunos docentes critican que se puedan suprimir las ‘aulas burbuja’ (desde los 12 años) y se prescinda del refuerzo de profesores contratados, decisión que se deja al albur de cada autonomía. Esos grupos
han permitido una atención más personalizada y seguimiento individual del estudiante; «lo único bueno que nos trajo la pandemia», resume a ABC la maestra Pilu Hernández Dopico , que instruye a otros formadores. Así, en mayo, se acordó obligar a usar la mascarilla desde los 6 años; y también poder acortar la distancia de 1,5 a 1,2 metros entre los pupitres en el aula, pero algunas consejerías consultadas presentan reservas sobre la conveniencia de flexibilizar esa restricción.
Los puntos de fricción se pondrán sobre la mesa en la reunión sectorial del próximo miércoles, 25 de agosto, que mantendrán el departamento central y los consejeros autonómicos y en la que deberían perfilar a pocos días del comienzo oficial de las clases ese y otros flecos que quedan pendientes. En las fechas previas sigue habiendo discordancias en puntos calientes como si es necesario volver a las ratios prepandemia (25 en Primaria, 30 en ESO y 35 en Bachiller); y acabar con los desdobles de clases . En este sentido, hay comunidades que están decididas a volver a la normalidad casi absoluta, con el retorno a sus usos comunes de los espacios –como bibliotecas, gimnasios y salones de actos– que se emplearon como aulas para sortear las necesidades de distancia social que impone la pandemia.
Tampoco hay ‘pleno al 17’ entre las autonomías respecto a la máxima que pide Educación: hay que recuperar la presencialidad y aspirar a que sea del cien por cien. Algunas voces, dentro de la comunidad educativa y también en la discusión política interregional, como ha indicado la Consejería navarra, ya han expuesto que esa presencialidad se garantizará siempre que la situación epidemiológica lo permita. Si el escenario es de mayor riesgo, las directrices que se aborden el día 25 caerían en saco roto. «La presencialidad en Secundaria va a ser muy complicada mantenerla. Deberían revisar este punto», añade Hernández Dopico, y suscriben asociaciones educativas.
El enemigo común que podría hacer saltar por los aires las normas que se consensúen ese día se llama variante Delta (o nuevas cepas que vayan apareciendo), que está afectando a la población a pesar de estar mayoritariamente vacunada. Además, respecto a la inoculación de la población juvenil, hay varios ensayos clínicos en marcha que podrían modificar, a lo largo del curso, la estrategia con los adolescentes. Como norma general, además, en el nivel de alerta por coronavirus 3 y 4 (de 150 a 250 casos de incidencia acumulada) , se retornaría a la semipresencialidad dependiendo de cada territorio y a las medidas más restrictivas de distanciamiento en el aula.
Ratios prepandemia, aulas burbuja y ‘docentes Covid’
Uno de los mayores debates que en los últimos meses está resolviendo cada autonomía es si destina parte de los fondos extraordinarios (del mecanimos europeo REACT-UE) a mantener los refuerzos del profesorado adoptados para el curso anterior. Andalucía, por ejemplo, ha resuelto que es vital mantener los grupos de convivencia estable y no suprimir las ‘aulas burbuja’. Numerosas comunidades (como Asturias y Madrid) ya han comunicado que se retornará a ratios en clase anteriores, por lo que se suprimirán esas ‘burbujas’; y otras, como Aragón y Baleares, que ya no tendrán sitio para el desdoble de las clases por el Covid, porque los espacios habilitados recobrarán sus usos originales.
Castilla y León, por su parte, está decidida a mantener la distancia de 1,5 metros, y también los ‘profesores Covid’ (así se bautizaron) del año pasado, mantendrá el mismo número de clases desdobladas y las ratios de estudiantes por aula. A la espera de la decisión expeditiva que se adopte el miércoles sobre la distancia entre pupitres (que ha sido, en el sentir común de los docentes, la medida esencial para evitar los contagios), las comunidades tendrán maniobra o no para ajustar sus plantillas. Es el factor determinante que influirá en la necesidad de docentes y la fragmentación o no de las clases, y por ende, de los espacios, subrayan desde la Junta de Extremadura.
Testar a los profesores o qué hacer en caso de positivo
Interpelada ayer sobre si se va a pedir un ‘pasaporte Covid’ a los docentes , la ministra Alegría despejó la duda porque –afirmó– «prácticamente todos los docentes están ya vacunados, que es lo que ahora mismo nos importa»; por lo que el Gobierno no se plantea la posibilidad de testar a los profesores o llegar a sugerir su vacunación obligatoria.
Otra duda que diferenciará a las autonomías es qué hacer en caso de positivo en un aula. Ha sido Cataluña la que se ha adelantado al aprobar que si la mayoría de los niños en esa clase están vacunados, no tendrán que confinarse. En el protocolo aprobado por Educación, rige el mismo procedimiento implantado el año pasado. Otras medidas, como el control de la temperatura antes de clase, se elimina en la escuela, y se deja para casa; aunque este apartado también se regirá en base a la decisión autónoma que tome cada centro.
Medidas de higiene y la mascarilla desde los 6 años
No hay grietas en que se va a seguir manteniendo el uso de la mascarilla a partir de los 6 años (aunque Cantabria quiere imponerla en los exteriores como el patio), recomendable en las rutas de transporte escolar colectivo, apoyando la ventilación de las aulas y las medidas de higiene habituales ante la epidemia. Galicia ha determinado que sí se podrá compartir material escolar y objetos como los balones , entre los alumnos, mientras que para las etapas iniciales se mantendrán las distinciones por grupos de convivencia estable en el comedor y el recreo. En general, la tónica será la de flexibilizar la celebración de actividades extraescolares, recuperándose (recoge el protocolo de mayo) las salidas fuera de los colegios.