Trump resta importancia al coronavirus al compararlo con la gripe

«Esto pasará, como todo. No hay que caer en el alarmismo», advirtió ayer el presidente, quien se lamentó de que le criticaran por racista al impedir hace un mes la entrada de personas procedentes de China que no tuvieran pasaporte estadounidense. «Solo la gripe mata al año a entre 25.000 y 69.000 personas, algo que parece increíble pero es cierto», dijo el presidente en una rueda de prensa en la que dijo que los casos diagnosticados son 15, la cifra de contagios originales repatriados.

Sobre si el coronavirus puede convertirse en una grave crisis, Trump dijo: «no creo que sea algo inevitable, puede que sea grande o pequeña, en cualquier caso estaremos preparados». El presidente dijo que los controles fronterizos y migratorios ayudarán a controlar la enfermedad.

«Esto no es como el ébola», dijo el presidente. «Con el ébola te desintegrabas, esto es más bien como una grip e, hay que tratarlo como una gripe».

En realidad a fecha de ayer había, entre cuarentena, tratamientos hospitalarios y dados de alta 59 pacientes diagnosticados con el virus. En todo el mundo ya hay 80.000 casos, con una cifra de fallecidos que supera 2.700, en su mayoría personas mayores. Dos de los casos han sido contagiados en EE.UU. y 42 son personas repatriadas del crucero Diamond Princess. En las últimas dos semanas sólo ha habido un contagio en EE.UU.

«Tomamos muchas medidas muy efectivas muy pronto y eso nos ha permitido controlar la situación», añadió el presidente en su conferencia de prensa.

Hace un mes el presidente creó un grupo de trabajo para preparar a EE.UU. ante la llegada del coronavirus y comenzó a restringir la entrada de personas que llegaran de China. Ayer nombró al vicepresidente, Mike Pence , coordinador de la respuesta a esta crisis sanitaria.

Trump regresó el miércoles de un viaje oficial a India y una de las primeras cosas que ha hecho es convocar a los medios en la sala de prensa de la Casa Blanca, algo que no había hecho en sus tres años de presidencia para calmar los ánimos ante el imparable avance del virus a nivel mundial.

Durante la ausencia de Trump, una alta funcionaria de los servicios sanitarios había dicho que la propagación del virus en EE.UU. es una cuestión de tiempo. «No se trata tanto de si sucederá, sino cuándo ocurrirá exactamente y cuántas personas en este país padecerán una enfermedad grave», dijo el martes la doctora Nancy Messonnier , directora del Centro Nacional de Inmunizaciones y Enfermedades Respiratorias del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU.

Esas palabras molestaron a Trump, que cree que su propia Administración no ha reaccionado bien y no ha demostrado suficiente optimismo a la hora de enfrentarse a esta crisis sanitaria. En una sola jornada esta semana el índice bursátil Dow Jones cayó más de 1.000 puntos por el temor a los efectos de una posible pandemia.

Trump dijo en su rueda de prensa que cree que los mercados se recuperarán pronto y afirmó que una de las razones para su caída eran también las primarias demócratas.

En la rueda de prensa del miércoles, Trump se hizo acompañar de nueve funcionarios y médicos, entre ellos su secretario [ministro] de Sanidad, Alex Azar, quien admitió que el grado de alerta puede cambiar rápidamente. «Es algo que puede cambiar en cuestión de momentos y estamos preparados para ello», dijo.