ABC El ahorro energético que pasa factura (también) al sueño
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ENFOQUE

El ahorro energético que pasa factura (también) al sueño

La nueva tarifa eléctrica, que insta a los españoles a consumir energía a horas intempestivas, está generando debate entre profesionales del ámbito de la salud y los trastornos del sueño

Beatriz L. Echazarreta

«La única propuesta que ha hecho el Gobierno es que no conciliemos el sueño». Para la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, la nueva tarifa de la luz que entró en vigor el pasado martes no es «seria ni responsable». Pero ya se sabe que Sánchez tiene una relación particular con el sueño y desde aquel «no dormiría tranquilo con Podemos en el Gobierno» ya ha pasado año y medio de legislatura.

Ahora su Gobierno, junto con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), insta al español a estar pendiente del reloj si quiere evitar una subida de hasta el 27 por ciento en su factura eléctrica mensual. Para llevar un consumo eficiente habrá de ceñirse al famoso 'tramo valle' y aprovechar para encender sus electrodomésticos entre la medianoche y las ocho de la mañana.

Desde el ámbito de la salud surge entonces la duda: ¿Podría el 'tarifazo' traer consigo una repercusión en los hábitos del sueño del español ahorrador? Los especialistas preguntados por ABC no se ponen de acuerdo.

«El ritmo circadiano en el ser humano en condiciones normales es dormir durante la noche y estar despierto durante el día, por lo que tener que cambiar horarios de actividades rutinarias para adaptarlos a las tarifas de la luz podría derivar en un detrimento de la calidad del sueño», señala Raquel Martín, neuróloga del Instituto del Sueño.

Sin embargo, también hay quienes dudan, desde el ámbito de la psicología, de que esta nueva ocurrencia del ministerio que lidera Teresa Ribera vaya a suponer un cambio drástico en los horarios de los ciudadanos.

«No creo que las personas vayan a cambiar demasiado sus rutinas con la nueva tarifa. Somos gente de hábitos, de costumbres y me cuesta creer que las personas se vayan a levantar a media noche para planchar o realizar otros menesteres», zanja el psicólogo Javier Urra. Este especialista argumenta que cosa bien distinta será la realidad que vivan las empresas y, en este caso, «sí habrá que ver cómo se ajustan los turnos laborales».

Sobre las repercusiones de los cambios estacionales u horarios, la psicología, dice Urra, ha concluído que «lo verdaderamente problemático no es trabajar de mañana, de tarde o de noche. Sino los turnos que obligan a trabajar unas veces de mañana, otras de tarde y otras de noche. Es en este caso cuando el cerebro sufre de verdad, porque le fallan los sistemas de alerta y de descanso», argumenta.

Joselín Miranda, psicóloga especializada en trastornos del sueño, apunta que «aún es pronto para establecer una causalidad directa» entre los problemas del sueño en la población española y la nueva factura de la luz. No obstante, Miranda reconoce que «uno de los sectores más propensos a sufrir este tipo de trastornos es el de las personas que viven una situación de precariedad económica, que son también los que más necesitan ahorrar en electricidad».

La España insomne

España, antes de conocer la noticia del 'tarifazo', ya arrastraba trastornos del sueño. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) el 41,5 por ciento de los españoles han tenido problemas para dormir en el último mes y el 59,28 por ciento ha presentado alguna dificultad para mantenerse dormido, siendo estos problemas crónicos y graves en al menos un 10 por ciento de la población.

La neuróloga contactada por ABC destaca que si la población comienza a cambiar sus hábitos y a realizar tareas preferiblemente durante la noche con la finalidad de reducir su factura, «observaremos un aumento en las consultas relacionadas con insomnio, o se agravará el trastorno en aquellas personas que ya lo padecen».

José Luis Villuendas padece una apnea del sueño y, además, forma parte de Asenarco, la asociación española que se ocupa de dar apoyo a los enfermos que sufren este tipo de trastornos. Cuenta que tuvo que dejar su trabajo de comercial porque no dormía. Sufría 22 paralizaciones respiratorias a la hora y su vida, a día de hoy, está completamente condicionada por una dolencia de difícil solución. Necesita diez horas diarias para dormir, porque después de tantos años trabajando sin saber que padecía una enfermedad, esta terminó volviéndose crónica. Duerme conectado a una máquina.

«Me decían que tenía ansiedad y que eso estaba repercutiendo en mi trabajo. Pero estaba enfermo». Villuendas explica que los horarios ‘del ahorro’ que marca la nueva tarifa de la luz pueden ser «muy agresivos para la higiene del sueño. Yo que sufro este problema, lo conozco bien». En este sentido, esgrime que «la gente que tiene problemas económicos puede agobiarse por mejorar la economía familiar. Al problema económico puede sumarse un peligro para la salud. Los que ya vivimos con un trastorno de este tipo, podríamos verlo acentuado».

Desde el Instituto de Investigación del Sueño señalan que la factura de la luz, si con el tiempo provoca un deterioro en los hábitos del sueño, se sumará a «un fuerte empeoramiento que comenzó con la pandemia». Además, con este insomnio vino de la mano un aumento del 5 por ciento en el consumo de medicamentos para el sistema nervioso, para patologías como la ansiedad, la depresión y enfermedades como las apneas o la narcolepsia, según el Consejo General de Farmacéuticos. Está por ver si el dinero ahorrado en la factura de la luz termina invertido en valeriana.

Consulta aquí una guía de buenas prácticas para no empeorar tu salud del sueño.