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Sylvia de Béjar: «Si esperamos a que el sexo surja espontáneo, no surgirá»

Tras arrasar con su anterior «best seller» sobre sexualidad y coautora con el doctor Estivill de «Duérmete, niño», la periodista y escritora publica el libro «Deseo»

Sylvia de Béjar: «Si esperamos a que el sexo surja espontáneo, no surgirá» M. BERROCAL

BLANCA TORQUEMADA

Recuerda en su libro esa gran verdad de que el sexo es esa parte de la vida que importa poco cuando funciona bien y mucho cuando marcha mal.

-Porque cuando va mal se vuelve algo obsesivo, sobre todo cuando entre dos personas una quiere más y la otra no quiere, y se escapa a dormir antes, o dice que le duele la cabeza mientras el otro reprocha «es que nunca tienes ganas...». Es muy duro. Al final incluso las parejas pierden el abrazo espontáneo por miedo a que el otro intente algo más y hasta se recela del besito del marido pensando «uy, este querrá algo...».

-Asegura que detrás del «me duele la cabeza» suele haber algo distinto de la inapetencia sexual.

-En las mujeres muchas veces no tiene nada que ver con el sexo, sino con un problema en la relación, con algo que no va bien. Generalmente, cuando las mujeres van a la consulta y dicen «es que no tengo ganas», los terapeutas lo que hacen es averiguar cómo es la relación de pareja. Ella suele asegurar que quiere mucho a su marido, pero cuando empiezas a indagar compruebas que esa señora está molesta con él. Habitualmente, encuentras a un marido que nunca arrima el hombro, que se cree que su carrera profesional es primordial y la de su mujer es secundaria. Por el contrario, está comprobado que cuando los hombres trabajan en casa y hacen su parte, tienen a su lado a una señora que está menos cansada y menos enfadada, no hay ese rencor. Y si está contenta, tiene ganas de achucharlo, y si lo achucha, viene todo lo demás... Así de simple. Bueno, pues ellos no se enteran. ¡Siguen prefiriendo quejarse antes que hacer algo!

-También desmonta el tópico de que el encuentro íntimo ha de llegar «cuando surja, espontáneamente».

-Es que si nos atenemos a eso no surgirá. Hay una cuestión clave: al hombre, como es muy visual, sí le estimula ver a su mujer con un conjuntito de lencería y cosas así; pero a la señora, ya puede ponerse él unos Calvin Klein, que normalmente eso no funciona. Es más, aunque él tenga un cuerpazo y trate de atraerla con poses de culturista, ella se muere de risa con eso. La mujer, ese tipo de deseo no lo suele tener al cabo de un tiempo de la relación. A ella le mueve el deseo de intimar con él emocionalmente, porque su motor de arranque sexual es sentirse a gusto con la pareja. Y al cabo de un ratito es cuando le entran las ganas. Una ginecóloga canadiense ya ha puesto en cuestión científicamente ese modelo de «yo te deseo y enseguida vamos a la faena», y ahora empieza a asumirse.

- ¿Por los hombres y por las mujeres?

-Es importante que lo entiendan unos y otras, aunque quede desechado eso que nos han enseñado las feministas de «cuando es no, es no». Es una forma de actuar que va fatal, porque así una señora nunca tendrá ganas. Por eso yo defiendo sustituir el «no» por el «¿por qué no?». Nos han hecho creer que tú tienes que desear y entonces tirarte sobre él, y eso no es así. ¡Eso es para los tíos, y tú eres una mujer! Cuando lo sabemos, cambia la cosa, y si él lo sabe, también cambia.

-Contra la rutina, sugiere que la pareja salga de su «zona de confort». ¿A qué se refiere?

-Lo que llamo «zona de confort» (las prácticas sexuales consensuadas entre los dos) puede servir porque la regla de oro es que una persona ha de hacer lo que les va bien a ella y a su pareja. Lo de salirse de ahí es para cuando te aburres y crees que tu relación ha perdido aliciente. Y para eso no tiene por qué buscarse una cosa muy rara. Puede ser cualquier tontería que se salga de lo habitual...

-Vivimos en una sociedad en la que no se entiende que quizá no a todo el mundo le interesa el sexo...

Hay estudiosos que dicen que deberíamos saber que hay heterosexuales, homosexuales, bisexuales y asexuales. ¡El problema viene cuando el asexual vive con alguien que no lo es!

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