Sorpresa: la frontera entre Portugal y España continuará cerrada

El primer ministro luso rechaza la reapertura, mientras crecen las quejas entre los ocho millones de personas que viven en las franjas transfronterizas

La frontera entre Tui (Pontevedra) y Valença do Minho (Portugal) permanece cerrada, salvo para los trabajadores transfronterizos AFP

El cierre de los 1.214 kilómetros de frontera entre Portugal y España no se va a modificar y los accesos permanecerán cerrados más allá del 1 de mayo, que es la fecha inicialmente acordada. Lo ha confirmado el primer ministro socialista luso, ... Antonio Costa , quien descartó a última hora del miércoles aligerar este tipo de restricciones.

Ha saltado, por tanto, la sorpresa porque todo hacía indicar que se iban a abrir las puertas, pero no será así. Oficialmente, la razón se basa en que las cifras de la pandemia no terminan de remontar, pero lo cierto es que poca gente comprende por qué se puede viajar a Lisboa en avión desde Berlín, Londres o París, pero no se permite dar el salto terrestre, salvo para trabajadores transfronterizos, de emergencias y de mercancías.

«¿Qué sentido tiene todo esto? A mí que me lo expliquen», decía una mujer de avanzada edad ante las cámaras de la TV portuguesa. El resultado es una economía al borde del colapso, tal cual demuestra la confesión realizada por un empresario hostelero de Elvas, frente a Badajoz, quien reconoce que el 80% de sus clientes son españoles y que ahora todo eso pertenece al baúl de los recuerdos (recientes).

De modo que la situación continúa siendo límite para los ocho millones de personas que viven en las franjas más próximas al país vecino: desde Galicia hasta Andalucía, pasando por Zamora, Salamanca y Extremadura.

Los controles no son nada livianos, más bien exhaustivos, pues los guardias piden toda clase de papeles a los viajeros y echan para atrás a cientos de personas por «no cumplir los requisitos», de acuerdo con las palabras de un agente de Elvas que prefiere no desvelar su nombre.

Pero no solo la economía se está viendo muy afectada, también hay familias rotas porque unos viven a un lado y el resto. De momento, se prolongará hasta el 15 de mayo y ninguno de los dos gobiernos tiene intención de aliviar el veto.

Según Costa, «la decisión se tomará cuando ambos países concluyan que se dan todas las condiciones de seguridad». Y añadió: « El Gobierno procede a una revisión quincenal de la situación . Por tanto, las fronteras van a mantenerse cerradas en aplicación del buen espíritu colaborativo que mantenemos con España».

En la calle, sin embargo, el clamor popular apunta en otro sentido: « Mucha hermandad entre los vecinos ibéricos, pero a la hora de la verdad aquí todo está bloqueado », ese es uno de los comentarios más extendidos en las redes sociales.

El caso es que los guardias portugueses fiscalizan las matrículas españolas, retienen vehículos y amenazan con multas de valor indeterminado, de acuerdo con algunos testimonios recogidos por ABC entre personas que atraviesan con asiduidad el paso de Caia, de Badajoz a Elvas.

Servicio las 24 horas

Otro de los aspectos que más críticas suscita es que únicamente siete puestos fronterizos prestan servicio las 24 horas. Siete de norte a sur: desde Pontevedra hasta Huelva. Se trata de Valença do Minho, Vila Verde da Raia (los dos frente a Galicia), de Quintanilha a Zamora, de Castro Marim a Ayamonte, de Vila Verde de Ficalho a Huelva, de Badajoz a Elvas y de Vilar Formoso a Salamanca.

Hay más casetas que funcionan, pero ya tienen un horario limitado, lo cual significa que los usuarios han desplazarse hasta 100 kilómetros para encontrar el más cercano, en caso de presentarse a una hora en que no está operativo.

Las reiteradas protestas por tan escaso despliegue han logrado que se amplíen los puntos de control, como por ejemplo de Vinhais a Zamora y de Ponte da Barca a Galicia, pero aun así la demanda es mucho mayor que la oferta.

Tanto es así que el paso de la localidad pontevedresa de Tui (Tuy) se ha abonado a las colas kilométricas porque no tiene más capacidad para absorber el flujo. Es decir, se ha convertido en un gigantesco embudo. Monçao, Montalegre y Melgaço descongestionan el tráfico en ciertas franjas horarias , pero se trata de un parche a todas luces insuficiente. De esta forma, la supuesta protección da paso a las aglomeraciones en la carretera, lo que ofrece una imagen desagradable para los habitantes de los alrededores, a quienes no les queda más remedio que aguantar este plan que cada vez parece menos provisional.

No puede soslayarse que el trasiego de personas suele ser constante (para adquirir la gasolina en España, por ejemplo, ya que es mucho más barata y muchos habitantes de las zonas colindantes no duda en pasar con este objetivo). Transcurren las semanas y la clausura se perpetúa en aras de una estricta seguridad sanitaria.

Portugal miraba con moderado optimismo el arranque de una nueva fase en su desconfinamiento, después de periodo muy duro. Pero las expectativas se van disipando a medida que salen a la luz los diagnósticos positivos.

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