MEDIO AMBIENTE
Los rostros del cambio climático
ANDREA SÁNCHEZ MATA
España podría ser uno de los países más afectados por el cambio climático, según los científicos. Y no son sólo palabras. Las vidas de muchas personas ya están siendo desafiadas por este fenómeno. Pescadores, apicultores, agricultores o mariscadores entre muchos otros profesionales ven cada día ... como sus rutinas, sus formas de vida, e incluso sus culturas son amenazadas por el cambio climático. Este es el eje central de Testigos del Clima, una iniciativa de WWF que pretende mostrar así, sus impactos directos sobre la economía.
Hasta la fecha, WWF España ha recopilado 27 historias abarcando una gran variedad de profesiones y de ámbitos geográficos.
ANTONIO MUIÑOS
La Coruña
Este gallego es el propietario de la empresa de Conservas Porto-Muiños en Cambre (La Coruña). Trabaja en la comercialización de algas marinas y en su producción a través de la acuicultura.
El mar en Galicia es como un pequeño milagro, sus aguas son mucho más frías y productivas que las circundantes del Cantábrico y las que bañan a las costas portuguesas. Esto hace que haya más de 600 especies de algas. «Un calentamiento general de las aguas puede comprometer seriamente el cultivo de algunas especies de algas de aguas frías de Galicia», explica Antonio.
Su actividad es enormemente sensible a determinados cambios de temperatura en el agua que se pueden producir por el calentamiento global. De hecho, el mar ya se encuentra en su límite de temperatura.
Antonio Muiños ha observado que los cambios de temperatura pueden tener grandes efectos en las fronteras de distribución de las especies y en la productividad de muchas de ellas: «Año tras año, hemos hecho un seguimiento y observamos que algunas especies de la costa iban desapareciendo por la variación de la temperatura».
Si los efectos del cambio climático se agravasen, profesionales como Antonio Muiños se verían forzados a replantear su negocio. Y no es el único.
JULIO CÉSAR VERGARA
Albacete
Lleva más de 15 años notando los efectos del cambio climático. Es productor de planta nativa ibérica y director y coordinador del vivero «Proyecto Forestal Ibérico» en Villamalea, Albacete, donde se reproducen todos los árboles nativos de la Península Ibérica y la mayoría de los arbustos con presencia forestal.
Su trabajo le lleva a recorrerse todo el territorio español en busca de semillas para su posterior producción. «El cambio climático para nosotros no es una cuestión filosófica sino que es una cuestión tangible a nivel tecnológico y económico. Es una evidencia incontestable», asegura Vergara. «Cada vez los inviernos son más suaves y los veranos tremendamente largos y secos». De este modo, explica que se están produciendo alteraciones en las floraciones y fructificaciones de algunas especies. Así por ejemplo, el endrino que, como el resto de rosáceas, florece normalmente en primavera, ahora está echando flores en otoño. Además, también ha observado que las sequías son en la actualidad mucho más acentuadas que antaño.
Para salvar su producción, Julio César Vergara también ha tenido que recurrir con más frecuencia al riego de sus plantas y árboles. Esto le supone un mayor gasto y un mayor consumo anual de agua. Todos estos factores tienen unos efectos económicos negativos muy importantes para el negocio del vivero y para la perpetuación de algunas de las especies vegetales.
ANA CLARA ZARZA
Cáceres
Es propietaria de una finca en Navatrasierra, Cáceres, y pasa allí gran parte del año. Tiene una huerta en la que trabaja y de la que obtiene productos para el consumo familiar.
En los últimos años parece que se están produciendo cambios en el clima que afectan no sólo a los productos de la huerta, sino también al entorno de la finca, que se encuentra a 800 metros de altitud. Desde su casa, puede ver picos en la lejanía que en el mes de mayo han estado cubiertos de nieve. Ahora con menor frecuencia puede ver nieve en los picos al final de la primavera. «La ausencia de lluvias y de humedad hace del verano una época que acaba esquilmando las plantas», explica.
Cambios en los árboles, las abejas, el vino...
Rafael Cordero. Técnico agrícola. «Los veranos más largos y tórridos someten a los castaños a un estrés hídrico sin precedentes».
Eduardo Martínez de Pisón. Geógrafo. «Glaciares que llegaron a tener 50 metros de espesor en el Pirineo hace un siglo, hoy en día únicamente tienen cinco».
Carlos Pino. Agricultor. «Los cambios que se están produciendo en las estaciones están alterando muchas cosechas, así como sus períodos de siembra y recolección».
Salvador Andrés. Apicultor. «Las abejas ahora están muy activas a finales de noviembre; cuando en esas fechas se recogen y están en letargo hasta la primavera».
Fernando Chivite. Enólogo. «El clima tiene un efecto directo sobre la calidad del vino»
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