Roger Montañola, 35 años, exdiputado de CiU y asesor de LLYC: «Sólo se puede ser buen político si ganas más en lo privado»

-También dicen que sois la primera generación que viviréis peor que vuestros padres.

-Tampoco estoy de acuerdo. Tenemos algunas cosas más difíciles, como el acceso a la vivienda. Y muchas cosas mucho más fáciles, porque la Humanidad evoluciona.

-¿Cuándo viste que eras raro?

-Dos veces en mi vida. La primera en la carrera de Ciencias Políticas. Era un ambiente muy 15-M.

-Comunista.

-Más bien comunero. Y en los debates siempre estaba solo. Luego, en el viaje de carrera muchos vinieron a decirme que estaban de acuerdo conmigo, pero que en público no se atrevían a decirlo.

-La segunda vez.

-Fue en 2015, en el momento en que la realidad dejó de imponerse en Cataluña. En el momento en que todo empezó a basarse en lo que no existía.

-Tú entras en la política porque admiras a Josep Antoni Duran i Lleida.

-Yo no era el típico chaval de 14 años con la foto de un político en la habitación. Pero desde el colegio tenía el rol de organizador. En mi clase, en mi colegio, luego en las discotecas del Maresme, que es de donde soy. Me gustaba liderar.

-Y entonces conoces a Duran.

-A través de amigos comunes. Me gustaba su capacidad para el diálogo, para la transacción. No hacía grandes proclamas. Sabía negociar.

-Tenías 20 años.

-Y a pesar de que yo era el más liberal de Unió, con Duran nos entendimos y aprendí mucho trabajando con él. Estuve 9 años en política, 5 de ellos como diputado en el Parlament.

-¿Por qué dejó la política?

-No, no, la política me dejó a mí en 2015, cuando CiU se rompe y todo el debate político es sobre la independencia, algo que yo sabía perfectamente que no pasaría.

-¿Por qué era imposible?

-Porque tú no rompes un Estado de la Unión Europea -y menos un Estado como España- así por las buenas. Ya también por la terrible infantilización de la política catalana.

-Acuerdo nuclear con China.

-Cuando aún existía el grupo parlamentario de CiU pero ya todo era independentismo, un día les pregunté en broma si ya teníamos un acuerdo militar con China y los Estados Unidos para instalar bases en los puertos de Barcelona y Tarragona.

-Respuesta antológica.

-Una de las diputadas más independentistas se giró y me dijo: «Nosotros somos gente de paz». Pues así, todo.

-Son dos millones de catalanes.

-La ANC, con mucha habilidad, convierte al independentismo en la causa vital de los que nunca han luchado por nada. No es político. Es sociológico. Cataluña es el lugar del mundo donde la política está más infantilizada.

-Somos los más feministas, los más ecologistas, los más solidarios.

-Y todo vacío de contenido, todo abstracto, sin chicha, sin nada. Cataluña es un gran ‘esplai’.

-¿Cómo traducimos esplai?

-Pues es difícil, algo así como un campamento para niños muy kumbayá.

-Cataluña es un ‘esplai’ muy caro.

-Es el ‘esplai’ más caro del mundo.

-Tus padres.

-Tuve una conversación muy importante con ellos. Me dijeron que era importante que me hiciera un hombre y que demostrara que era capaz de ganar dinero en el sector privado.

-Pero tú siempre querrás volver a la política.

-Ahora hablamos de esto. Pero antes déjame decirte que la única manera de ser un buen político es ser capaz de ganar más dinero en el sector privado que en el público.

-¿Por qué?

-Porque sólo así eres valiente para tomar decisiones difíciles, impopulares, que pueden dejarte sin el cargo o sin la paguita.

-Déficit.

-Tenemos un déficit monstruoso y sólo hacemos que incrementarlo. Nadie se atreve a proponer en serio una reforma profunda de la administración pública, porque eso provocaría enfados, huelgas, manifestaciones, y nadie quiere arriesgarse a perder las próximas elecciones.

-Tú montas tu empresa en 2015.

-Una consultora basada en la regulación de la nueva movilidad: patinetes bicis eléctricas, coches compartidos.

-Y te la compra Llorente y Cuenca.

-Sí, y mis trabajadores y yo nos incorporamos a la casa madre.

-¿Y ahora?

-Dirijo el área de asuntos públicos en Cataluña, ayudando a clientes que quieren instalarse o invertir en Cataluña.

-¿Todavía quedan?

-Sí, pero es cierto que aunque ya no existe la inseguridad jurídica que existió en 2017, muchos ven más interesante Madrid, y es normal, porque en Madrid las cosas se han hecho muy bien, y aquí muy mal.

-Y tu ‘startup’.

-Más bien la de mi mujer, en la que es cierto que estoy muy implicado. Es un ‘software’ basado en Inteligencia Artificial. Son algoritmos de reconocimiento de imágenes aplicados al textil. Sirve para que solo con la foto sepas el color, la talla, el tejido, la marca y permite tanto buscar un producto concreto como etiquetarlo o ordenarlo.

-Pero tú quieres volver a la política.

-Un político tiene que saber más cosas que las estrictamente políticas. Felipe González dice que uno que sólo sirve para ser alcalde de su pueblo, probablemente no sirva tampoco para ser alcalde de su pueblo.

-Tenían razón mis padres.

-Haber ganado dinero y haberlo hecho bien en el sector privado quiero que sea mi garantía cuando algún día regrese a la política.

-¿Para qué volver?

-Para cambiar el rumbo de esta Cataluña decadente, sin rumbo, vacía de contenido, perdida en su ombliguismo en un mundo supercompetitivo. Torra fue el summum del vacío. Para esto no hace falta tener presidente. Aragonès es diferente. Conoce los temas. Tiene perspectiva jurídica y fiscal. Yo discrepo en muchas cosas de él, pero es serio, no como Torra o Puigdemont.