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Vuelta al cole

Los riesgos de sobrecargar la mochila: inclinación de la columna y menor volumen pulmonar

Un estudio español muestra que el número de alteraciones de la columna es un 45% mayor en las chicas que en los chicos

VANESSA GOMEZ

ABC

El peso de las mochilas es uno de los problemas que más preocupa si hablamos del cuidado de la espalda de los adolescentes. Y los datos sugieren que los padres que consideran que los estudiantes llevan un peso excesivo en a sus espaldas no andan desencaminados, sobre todo si los escolares son niñas . Así se desprende de un estudio en el que han participado investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).

«Tras analizar la espalda de los escolares comprobamos que el número de alteraciones de la columna es un 45% mayor en las chicas que en los chicos» , explica María Espada, investigadora miembro del Grupo de investigación psicosocial en el deporte, de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la UPM y una de las autoras de este trabajo. «El grupo de las chicas presentó una mayor angulación en las diferentes curvas del raquis (columna vertebral) y un mayor número de alteraciones en las inclinaciones vertebrales. Por otro lado, los chicos presentaron una mayor rectificación de la columna torácica, adquiriendo una posición más erguida».

Los datos obtenidos por los investigadores mostraban que las niñas tenían una angulación más cifótica (c urvatura hacia fuera ) en las primeras vértebras torácicas (T2-T4) y entre la L5 y S1. También presentaban una angulación más lordótica (curvatura hacia dentro) entre las vértebras T10 y L3. «Esto nos hace pensar que su mayor curvatura natural en la columna repercute que otras zonas tengan también una mayor curvatura como efecto compensatoria», explica María Espada.

Para la medición de la morfología de la columna se utilizó el Spinal Mouse un sistema electromecánico computerizado no invasivo, que se emplea para medir la curvatura espinal en diversas posturas. El aparato se pasó por toda la columna vertebral de los alumnos desde el final de la zona cervical al sacro. «El Spinal Mouse nos da una visión de las vértebras de la zona torácica, lumbar y sacra. Cuando una referencia muestra un valor positivo, nos está describiendo una relación cifótica expresada en grados, cuando nos muestra un valor negativo, la relación será lordótica», relata la investigadora.

Mochilas más cargadas

El trabajo, en el que participaron 219 escolares de entre 12 y 15 años, pone también de manifiesto que el peso que cargan los estudiantes es mayor del establecido como límite por los expertos. «La mayoría de los estudios sugieren que el peso de las mochilas no debe representar más de un 10% del peso corporal, algo fijado incluso como límite en países como Austria o Alemania. En esta misma línea están otros especialistas que dicen que un peso de la mochila superior al 10% de la masa corporal del alumno supone un incremento del consumo energético, incrementa la inclinación de la columna y reduce el volumen pulmonar», cuenta la investigadora de la UPM.

«En nuestro trabajo comprobamos que dichos niveles se superaban tanto en los chicos como en las chicas. Así, ellas soportan un peso medio del 20,35% de su masa corporal en sus mochilas, mientras que el peso de la de ellos es de un 16,5% de su masa corporal», añade. Pero además de establecer diferencias entre los niveles de curvatura de la espalda entre ambos sexos, el estudio también subraya que las mujeres cargan un mayor peso que ellos en sus mochilas.

«Nuestro estudio sugiere que el peso de las mochilas de ellas es hasta un 12% mayor que la de los chicos, lo que supone casi un kilo de diferencia entre los niveles de carga de ambos», comenta.

Cada vez más extendida

La preocupación por el peso que cargan los escolares a sus espaldas no es nueva y existen numerosos estudios al respecto. No en vano los datos recopilados en diversos trabajos subrayan que entre el 40 y el 69% de los adolescentes entre los 13 y los 15 años padecen dolor de espalda.

La importancia de este estudio, en el que participan también investigadores de las Universidades de Castilla la Mancha y Pontificia de Comillas, radica en que sus resultados pueden ser utilizados por profesionales de la salud (médicos, fisioterapeutas, enfermeros…) para intervenir precozmente sobre las alteraciones de columna que pueden desarrollar los jóvenes y prevenirlas o mejorar su tratamiento.

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