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Retirada la última investigación de una reciente premio Nobel

El caso de Frances Arnold se suma a una preocupación creciente por la integridad científica

Frances Arnold recibió el premio Nobel de Química hace dos años ABC
Nuria Ramírez de Castro

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Frances Arnold se había labrado una carrera científica intachable. Catedrática de ingeniería química del prestigioso Instituto de Tecnología de California (Caltech) y directiva de la compañía Alphabet de Google, fue la primera mujer en ganar hace cuatro años el Premio de Tecnología del Milenio , un galardón dotado con un millón de dólares. Dos años más tarde llegó el colofón a su carrera: el premio Nobel de Química en 2016 por su papel en la evolución dirigida, un concepto que ha revolucionado la ciencia porque es capaz de «domesticar» microbios para desarrollar proteínas que no existen en la Naturaleza. Estos hallazgos se han aplicado al desarrollo de combustibles y fármacos para enfermedades como el cáncer o la diabetes.

Pero tras escalar a lo más alto, Frances Arnold se ha convertido en la protagonista de un nuevo caso de lo que se llama «crisis de reproducibilidad» de la ciencia . Esto es, la incapacidad de otros laboratorios de replicar los resultados de una investigación pionera, uno de los pilares del método científico. Básicamente, si un experimento es un éxito deberían obtenerse los mismos resultados cada vez que se repita . Si no es posible, significa que el autor ha podido cometer un error. O también que se han hecho trampas para manipular datos y conseguir el resultado deseado.

Retractado en «Science»

El pasado mes de mayo Arnold había publicado en «Science» su última investigación sobre síntesis enzimática. Antes había pasado todos los filtros necesarios para ser merecedor de su aparición en esta prestigiosa revista. Sin embargo, el experimento no pudo reproducirse. Horas antes de que se anunciara la retirada del estudio, la propia química lo confesaba en Twitter: «Es doloroso admitirlo, pero es importante hacerlo. Pido disculpas a todos. Estaba ocupada cuando fue presentado y no hice bien mi trabajo», escribió en la red social.

Después, «Science» publicaba una nota en la que explicaba por qué retiraba la investigación en la que la Nobel estadounidense era coautora junto con los científicos chinos Inha Cho y Zhi-Jun Jia.

«Los esfuerzos para reproducir el trabajo mostraban que las enzimas no catalizan las reacciones con la actividad explicada en el estudio», escribía «Science». Además, se aseguraba que un «examen cuidadoso» del ordenador portátil del laboratorio reveló la ausencia de datos para experimentos clave.

¿Error o trampa?

Otros científicos han aplaudido la honestidad de Frances Arnold al reconocer su error. Pero el caso de esta prestigiosa investigadora se suma a una preocupación creciente por la integridad moral de la investigación científica. Al año se retractan 1.400 artículos de investigación frente a los cuarenta que se retiraban a principios de siglo.

La revista «Nature», otra de las biblias científicas que han sufrido también retractaciones, advertía hace cuatro años que más de dos tercios de los investigadores fallaban al reproducir otros experimentos científicos. Y clamaba por una vuelta a la integridad para prevenir estas conductas.

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