Así funciona el único centro de residuos de media y baja radiactividad de España
El Cabril opera desde 1961, pero comenzó a aunar de forma legal todos los residuos nucleares de la geografía española a partir de 1992
Así funciona el único centro de residuos de media y baja radiactividad de España
Todos los residuos de muy baja, baja y media radiactividad de las centrales nucleares y hospitales españoles acaban en las instalaciones de El Cabril (Hornachuelos, Córdoba). Allí se encuentran fuentes radiactivas, restos de instalaciones nucleares, centros de investigación, material utilizado en operaciones y vestuario contaminado ... desde el año 1961, cuando comenzó a funcionar de forma ilegal .
El almacén de El Cabril es el único «contenedor de basura radiactiva en España» a falta de que se decida el emplazamiento del futuro Almacén Temporal Centralizado (ATC) . La construcción del centro de residuos de alta radiactividad se construirá cuando se decida a qué municipio de los ocho candidatos se adjudica, según fuentes de prensa de Enresa , la empresa pública gestora de El Cabril.
En la actualidad, ya bajo regulación administrativa, la instalación cordobesa dispone de dos plataformas para el almacenamiento de residuos radiactivos de baja y media actividad, y otra (inaugurado en 2008), para los de muy baja actividad . Cada estructura está compuesta por 320 contenedores sellados con una losa de hormigón a la que se añade una capa inpermeabilizante.
Vandellós I y II producirían excedentes nucleares que, de momento, no tienen destino fijo
El aumento de centrales desmanteladas y el aumento de investigación ha provocado un aumento de la «basura» radiactiva en los últimos años. Una de las dos estructuras de residuos de baja y media actividad está completa y la segunda se encuentra a un 63% de capacidad .
La directora de El Cabril, Eva Noguero, explica al diario ABC que el centro tiene previsto almacenar residuos hasta el año 2026. «Si se tiene en cuenta la vida útil de las centrales nucleares en España y el desmantelamiento programado de estas, El Cabril se completaría para ese año. Después, el Gobierno tendría que actualizar el Plan General de Residuos Radiactivos para ampliar las instalaciones o poner otras en marcha», puntualiza Noguero.
Con el plan previsto, los residuos procedentes del aumento de vida útil de centrales como Vandellós I y II se convertirían en excedentes que, de momento, no tienen destino fijo y por lo tanto, habría que «modificar el plan gubernamental» , según admite la directora del almacén.
El Cabril recibió en 2010 un total de 1.721,25 metros cúbicos de residuo de los que 746,59 eran de baja y media actividad y 974,66 eran de muy baja actividad, según datos de Enresa. Todos fueron transportados por carretera en camiones que que cumplen los requisitos legales tanto en inspección y en embalaje como en la formación de los conductores.
Accidente nuclear
En caso de accidente nuclear, solo se produciría dentro del recinto de El Cabril, por lo que el plan de emergencia existente tendría incidencia en el interior, según afirma Eva Noguero. Tampoco se han detectado niveles de radiactividad en las inmediaciones del almacen. «Existe una fuerte vigilancia radiológica ambiental en 120 puntos de muestreo de los alrededores de El Cabril y el aire está limpio», subraya Noguero.
En todos los años de operatividad de las instalaciones «nunca se han detectado niveles peligrosos en los trabajadores» , según explicó a ABC en su visita a El Cabril, José Vicente Múñoz, jefe de laboratorio.
Pese a ello, los ecologistas rechazan la situación y usos de El Cabril. Ecologistas en Acción ha definido al cementerio nuclear como «uno de los puntos negros de la energía nuclear en España» y consideran que «no ha dejado de aumentar su tamaño y la peligrosidad de sus residuos»
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