La receta contra la obesidad infantil pasa por el comedor del colegio
El Gobierno se propone que para 2030 en todas las etapas educativas se oferten menús a sus estudiantes
Sitúa el sobrepeso como un «problema de Estado» y los nutricionistas alertan: falta educación a todos los niveles
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Comedor infantil en Valencia
Luchar contra la «epidemia global» que supone actualmente las altas tasas de obesidad infantil tratándola como un «problema de Estado». Es el objetivo prioritario del Gobierno, materializado en un Plan Estratégico para los próximos ocho años y que presentó este viernes el propio Pedro ... Sánchez arropado por la ministra de Sanidad, Carolina Darias; el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, y el titular de Consumo, Alberto Garzón.
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En España, cuatro de cada diez niños de entre 6 y 9 años tienen exceso de peso -el 23,3% pesan más de lo que deberían y el 17,3% sufren obesidad-. Los adolescentes de hasta 16 años han duplicado la tasa de obesidad en los últimos 20 años. Con estos datos sobre la mesa, el Gobierno presentó ‘En plan bien’ , su programa de 50 medidas prioritarias para reducir el sobrepeso y la obesidad infantil en España en un 25% durante la próxima década. Vertebrado en seis líneas estratégicas, busca implantar estilos de vida saludables teniendo en cuenta la alimentación, la actividad física y el bienestar emocional así como el descanso y sueño adecuado.
Beca a vulnerables
Una de las medidas para conseguir esa reducción es que para el año 2030 todas las etapas educativas tengan garantizada la oferta de comedor escolar, becando a los niños y adolescentes que se encuentren en situación de vulnerabilidad. «El comedor es muy importante, porque muchos niños desayunan poco y luego en casa cenan cualquier cosa rápida porque la familia no ha tenido tiempo de prepararla», explica Isabel Carvajal, directora pedagógica de la Fundación She, que trabaja con programas para mejorar la salud cardiovascular de los niños en los colegios. Las familias actuales -añade- basan su alimentación a menudo en comidas ya procesadas, con todo lo que ello conlleva.
Lo mismo opina Paula Crespo , Coordinadora de la Unidad de Obesidad del Hospital Recoletas Campo Grande de Valladolid: «Vivimos en un entorno que predispone a la obesidad, con estímulos para consumir comida rápida y celebraciones que giran en torno a la comida». En el caso del comedor escolar, es más escéptica, pues reconoce que actualmente «muchos menús escolares dejan mucho que desear y se alejan incluso de una alimentación saludable».
Para el vicepresidente de la Sociedad Española de Obesidad , Albert Lecube, actuar sobre el comedor escolar resulta mucho más accesible y efectivo en cuanto a resultados que «intentar llegar de forma individual a cada una de las familias». Por ello, cree que la educación debe centrar sus esfuerzos en conseguir una alimentación equilibrada, y recuerda que quienes sufren obesidad tienen luego más problemas para acceder al mercado laboral. Algo que echan en falta desde su sociedad es que se trabaje sobre aquellos niños que ya pesan más de lo que deberían.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (6d), con el exjugador de baloncesto Pau Gasol (6i), el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta (i); la ministra de Sanidad, Carolina Darias (3d), y el ministro de Consumo, Alberto Garzón (d), entre otros, posa en el acto del Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil, en Getafe
«Crecer sanos no siempre es fácil. No se trata solo de voluntad de los niños y las familias, que estoy convencido que la tienen, sino que son muchos los obstáculos que pueden llegar a impedir ese objetivo, como no tener acceso a una alimentación saludable, no contar con espacios para jugar o hacer deporte, o algo tan vital como dormir lo necesario por las noches», ejemplificó Sánchez en la presentación. Por ello, además de las becas comedor el Gobierno repartirá tarjetas digitales de ayudas alimentarias.
En este sentido, para Crespo, que las familias con rentas más bajas tengan mayor riesgo de padecer obesidad tiene que ver con la creencia de que la comida procesada es más barata, y se encuentra con dos inconvenientes: por un lado, la oferta y, por otro, «la falta de educación nutricional». Así, el Ejecutivo se propone incorporar a los planes de estudios educación sobre nutrición y gastronomía . «El niño se convierte en el mejor interlocutor. Muchas veces, ya en su casa, enseña a sus padres a leer lo que pone en la etiqueta de los alimentos», expone Carvajal, cuyo proyecto lleva ya 12 años vigente en escuelas de Madrid, Cataluña y Orense.