La OMS se queda muda en Wuhan

Después de dos días de persecuciones por las autopistas y puentes de Wuhan, era lo más cerca que la Prensa internacional tenía a los expertos de la OMS. A distancia tras las vallas de seguridad, mientras las cámaras y fotógrafos de las agencias captaban su salida de la exposición, Stephen McDonell, de la BBC, y este corresponsal hemos intentado hacer unas preguntas a grito limpio para saber cómo iba la misión. «¡Hola, perdonen! ¡Prensa internacional! ¿Cómo la visita hasta ahora? ¿Por favor, pueden hacernos unos comentarios sobre cómo está resultando el viaje?». Como hasta ahora, la callada por respuesta .

Desde su llegada a Wuhan y su salida de la cuarentena el jueves, los 14 virólogos, epidemiólogos, médicos y veterinarios de la OMS no han hecho ningún comentario en público. Recluidos en un «resort» de lujo a las afueras de Wuhan, salen en caravana blindados por las autoridades chinas y, al llegar o marcharse de algún sitio, tan solo se limitan a saludar desde sus vehículos. No se sabe su agenda ni su programa y, cada día, los periodistas que cubren su misión se ven obligados a perseguirlos en sus coches, con el considerable riesgo para la circulación. Con el coronavirus, la OMS se ha contagiado del hermetismo chino y se ha quedado muda en Wuhan .