Protestas en Italia ante la propuesta de los técnicos para que los mayores de 60 años sigan en cuarentena

Deberán hacer teletrabajo, si su empleo se lo permite; si no, quedarían exonerados. La llamada comisión Colao –recibe este nombre por estar encabezada por el prestigioso mánager, Vittorio Colao, 58 años, exconsejero delegado de Vodafone-, está compuesta por 17 expertos de diversos sectores. Pero, claro, una cosa son los técnicos y otra la política, con sus batallas cotidianas. Por eso, el primer ministro, Giuseppe Conte, ha precisado: «Es una propuesta que el gobierno razonablemente no la acogerá ». Pero la idea ha suscitado un gran debate y polémica.

Italia, un país de 60 millones de habitantes, tiene más de 17 millones que superan los 60 años, es decir, el 29 %. La hipótesis de una cuarentena para ese alto porcentaje de la población se considera, en general, una locura . De ahí que se ha suscitado cierta protesta y rebelión. Los datos sobre mortalidad del coronavirus indican que casi el 95 % de los fallecidos tenían más de 60 años. En su gran mayoría se trataba de personas debilitadas por una o varias enfermedades. En Europa, el 20 por 100 de la población, de media, tiene al menos una enfermedad crónica a los 55 años, porcentaje que aumenta con la edad.

La pregunta que los italianos se hacen hoy es si es justo exonerar o poner en cuarentena a los mayores de 60 años. El profesor de Higiene y Medicina Preventiva; Paolo Bonanni, considera que eliminar de una actividad productiva a las personas partir de esa edad, sin tener en cuenta su estado real de salud, es excesivo, porque existe una gran variabilidad biológica. Es decir, una persona con 70 años que juega a menudo al tenis puede estar en óptima forma, mientras otra de 58 años con diabetes e hipertensión puede estar con mayor riesgo.

El sociólogo Domenico De Masi considera que existe un parámetro para establecer cuándo uno es anciano : El consumo de medicamentos. En los dos últimos años de su vida, un italiano consume la misma cantidad de fármacos que ha utilizado en el resto de su vida. Según De Masi, «cuando comienza ese bienio, podemos hablar de anciano». En Italia, la vida media del hombre es de 81 años, mientras la mujer alcanza los 86 de media.

Más de un centenar de escritores, filósofos, historiadores y poetas se han unido a la protesta, con la idea de hacer un llamamiento para enviar al jefe del Estado, Sergio Mattarella, al jefe de gobierno Conte y a varios ministros para expresar su rechazo «hacia la posibilidad de una restricción a la libertad personal, pretendiendo mantener a un grupo de personas aún activas, sanas y capaces de dar aún valiosas contribuciones a nuestra sociedad, en una segregación indefinida, solo sobre la base de los datos personales, de pertenecer a un grupo de edad superior a 60 años...».

Se trata de una «imposición totalmente injustificada», añade el numeroso grupo de intelectuales, no solo porque «la edad real a menudo no se corresponde con la que se muestra en los documentos», peor aún «una reclusión sine die, incluso ante un posible exceso de calor en verano en una ciudad como por ejemplo Milán, pondría en riesgo nuestra salud al continuar en una c ondición de vida antinatural y antihigiénica , cuando precisamente en la llamada tercera edad, el aire libre, el contacto con la naturaleza, la sociedad, el control y el movimiento físico son esenciales. Por lo tanto, cerrarnos en casa significaría amenazar nuestra salud y no protegerla».

Parece claro que el gobierno no aceptará el consejo de la comisión Colao, pero la propuesta ha suscitado un gran debate en Italia, con gran repercusión en todos los medios y redes sociales, con rechazo prácticamente general. Rita Righi escribe: «Yo tengo 69 años, 4 hijos, gozo de buenísima salud, en 40 años de trabajo solo estuve de baja por enfermedad 30 días, he dejado de trabajar para cuidar a los nietos. Si me obligan a estar en casa, lo deben hacer todos».

Con ironía, el showman Rosario Fiorello afirma: «Cumplo en mayo 60 años, no podré salir de casa, nos protegen como a los panda». Igualmente con ironía le responde el escritor Massimo Gramellini: «Fiorello parece mucho más joven que Luigi Di Maio (ministro de Asuntos Exteriores, exjefe político del Movimiento 5 Estrellas, cuya edad es de 33 años). Sugiero a Colao que libere a Fiorello y tenga en casa a Di Maio».