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¿Es posible rehabilitar a los violadores?

Pedro Luis Gallego, el «violador del ascensor», fue puesto en libertad en 2013 por el fin de la doctrina Parot. Ahora, vuelve a ser detenido por violar a cuatro mujeres

Pedro Luis Gallego, conocido como el «violador del ascensor», a su salida de prisión en 2013 JUAN LÁZARO
Elena Calvo

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El debate sobre la posibilidad de que los violadores se rehabiliten o no tras su paso por prisión se reabre. El fin de la doctrina Parot provocó que Pedro Luis Gallego, conocido como el «violador del ascensor», quedara en libertad en 2013. Ahora, ha sido detenido por agredir sexualmente a otras cuatro mujeres . Su caso no es el único, pues la anulación de esta doctrina también dejó en libertad a Félix Vidal Alonso, el «violador del estilete» y a Pablo García Ribado, el «violador del portal», que más tarde fueron detenidos de nuevo por agresiones sexuales . También a Antonio García Carbonell, que en 2015 fue detenido por su presunta vinculación con el crimen de una mujer de 75 años en Cabanes. Las prisiones cuentan con programas especializados para rehabilitar a este tipo de criminales , pero ¿es esto posible?

Los expertos parecen no coincidir en si hay posibilidades o no de que los condenados por violación vuelvan a cometer este tipo de delitos . Rodolfo Gordillo, doctor en Psicología y profesor de Psicología Criminal en la Udima (Universidad a Distancia de Madrid) es de los que consideran que con los programas que se llevan a cabo en prisiones para la rehabilitación de estos criminales no es suficiente.

Los motivos, a juicio de este experto, están claros, pues en primer lugar se trata de programas voluntarios , es decir, tienen que ser los propios criminales los que accedan a participar en ellos. A la hora de hacer la valoración, hay profesionales que se encargan de ello, basándose en diferentes aspectos de su conducta , aunque, tal como explica este psicólogo, siempre está el riesgo, que lo atribuye sobre todo al cambio de entorno : «Al fin y al cabo se supone que esto es una enfermedad patológica por la que no pueden controlar sus estímulos. Al estar en la cárcel estos estímulos desaparecen, porque están rodeados de personas de su mismo sexo, por lo que no suele ser lo que les atrae, pero cuando salen vuelven a encontrar ese estímulo . Tanto los violadores como los pederastas son de los criminales más resistentes a cualquier tipo de terapia psicológica».

Según este experto, con estos criminales se deberían llevar a cabo terapias más especializadas , que actualmente no se imparten en los centros penitenciarios. Tal como recoge la página web de Instituciones Penitenciarias, el programa de intervención a agresores sexuales consiste «una intervención psicoterapéutica que se prolonga durante dos años y que se desarrolla en formato grupal». Se estructura en diversos bloques, en los que se abordan el análisis de la historia personal, distorsiones cognitivas y mecanismos de defensa, conciencia emocional y empatía, comportamientos violentos, educación sexual, modificación del impulso sexual , y la prevención de recaídas y estilo de vida positivo.

Esta inexistencia de terapias individualizadas la reconoce Rocío Gómez, psicóloga forense, pues admite que sería aconsejable llevarlas a cabo por su mayor efectividad que las terapias grupales que se imparten actualmente. Sin embargo, no coincide con Gordillo en la dificultad de que estos criminales se rehabiliten, para lo que se apoya en datos: «La reincidencia en estos casos está alrededor del 10%. Son datos de Instituciones Penitenciarias».

Casos como este, explica Gómez, forman parte de un pequeño porcentaje. Además, en este ejemplo en concreto, esta experta asegura que se hicieron informes en contra de su puesta en libertad , pues sabían que no estaba preparado para reinsertarse en la sociedad. A su juicio, y aun creyendo en la efectividad de la rehabilitación, considera que se deberían llevar a cabo más medidas.

Como propuestas para controlar esta situación, Gordillo menciona localizadores que permitan la revisión gradual del riesgo que existe de que el violador vuelva a actuar para comprobar que realmente se ha rehabilitado, aunque por el momento estos métodos no están disponibles, y lo que hay, al parecer, no funciona como debería hacerlo.

«Estos programas no son lo suficientemente precisos para este tipo de delincuentes. Realmente aparte de que son muy complicados, es un gran problema sobre el que se está intentando trabajar . Hay probabilidades de que cuando que cuando salga uno vuelva a reactivarse todo su ser maligno, digamos, porque la estigmación que vuelve a tener él en su entorno natural es lo suficientemente fuerte y atractiva como para no poder controlarlo. Algo que, siempre digo, en entornos como la cárcel no se da porque son entornos cerrados, artificiales , en los que no hay posibilidad», explica Rodolfo Gordillo.

Durante el año 2015, en España hubo 1.229 agresiones sexuales con penetración , tal como recoge el último anuario estadístico del Ministerio del Interior. De estas, fueron esclarecidas 1.007 y se detuvo a 856 personas.

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