Portugal ya no sabe qué hacer con los cadáveres

Las cifras de fallecidos todavía tardarán unos días en dar una tregua a las autoridades sanitarias lusas y lo que está ocurriendo es que la acumulación de cadáveres comienza a ser tan difícil de sobrellevar que ya se manifiesta en la saturación de los depósitos . Entonces surge una interrogación un tanto macabra: ¿qué hacer con los cuerpos que no caben en las cámaras antes de su incineración, ritual aconsejado en estos tiempos para evitar los entierros por el riesgo de contagio al reunirse los familiares?

Pues el epicentro de la pandemia en Lisboa parece marcar el camino. El Hospital de Santa María, junto a la Ciudad Universitaria (en la zona de Campo Grande), ha sido pionero en adoptar una decisión dura, pero que al menos alivia el agobio del edificio de la saturación que lo atenaza. Y es la ubicación de un bloque anexo con módulos exclusivamente diseñados para albergar cámaras frigoríficas .

Lo que están haciendo no es apostar por la construcción de bloques ya que tardaría más y no llegarían a tiempo para poner una solución sobre la mesa. En su lugar, han optado por utilizar contenedores marítimos altamente refrigerados y similares a los que transportan la comida en los barcos . De esta forma, van dando salida como pueden al aluvión de víctimas mortales.

Por tanto, ahí se guardan los cuerpos sin vida de las personas que no pudieron superar la devastadora infección, en espera de que el turno de las incineraciones avance poco a poco y su lista de espera vaya reduciendo el número de afectados.

Otros hospitales de Lisboa, que presenta la alarmante tasa de contagios de 2.000 por cada 100.000 habitantes, están tomando nota de semejante iniciativa.

Y todo en medio de un panorama sanitario en el que el ofrecimiento de c ooperación por parte de la Asociación Portuguesa de Hospitalización Privada ha sido aparcado por el Gobierno socialista , con el fin de demostrar que se puede gestionar exclusivamente desde los sectores públicos. Se han sucedido las negociaciones, que un portavoz del colectivo ha confirmado a ABC (prefiere mantener su nombre en secreto, por si acaso se tomaran unas hipotéticas represalias), pero solo fructificaron en admitir 100 camas para enfermos que no padecían el coronavirus.

Sin embargo, su propuesta va más allá e incluye hasta 700 camas, aunque las conversaciones han quedado congeladas mientras el Ejecutivo de Antonio Costa comienza a explorar la vía internacional . Así, la recién llegada aportación española todavía debe concretarse, debido a que Madrid debería coordinar a las comunidades autónomas en este sentido.

Por ahora, la única región que ha detallado en qué términos se articularía su solidaridad es Extremadura , que acaba de completar el primer módulo del hospital de campaña levantado en Ifeba, el Instituto Ferial de Badajoz. No parece reunir las condiciones necesarias para los pacientes más graves, pero sí puede emplearse en otras situaciones intermedias, igualmente necesarias.

Faltan otros cuatro módulos, pero este ya finalizado está sin estrenar y preparado para el alivio de los vecinos portugueses, en caso de que ambos gobiernos aprueben estos planes.

Otra comunidad limítrofe, Galicia, ha ofrecido igualmente su entrada en esta red de ayuda , pero de momento no ha especificado en qué condiciones.

Al mismo tiempo, aterriza este miércoles 3 de febrero en Lisboa un avión militar alemán que transporta 26 médicos, 40 ventiladores móviles, 150 bombas de oxígeno y 150 camas. Todo un refuerzo en estos complicados momentos.