Una policía, condenada por alertar de la posible presencia de un pederasta en el colegio de su hijo

Los hechos se produjeron el pasado 1 de febrero cuando una madre, policía municipal, tuvo acceso a un informe interno por el que la Policía Foral solicitaba ayuda a la Municipal por una denuncia presentada sobre la posible presencia de una persona que había invitado a un menor a subir a su camioneta.

La agente de la Policía Municipal fotografió el informe que incluía datos de una persona concreta y se lo pasó a su marido, que es agente de la Policía Nacional. Y de ahí la difusión se les fue de las manos . El marido envió esa fotografía a un compañero suyo que también lleva a su hija al mismo centro escolar . El tercer agente mandó la fotografía a su exmujer, que es agente de la Policía Foral. Finalmente ésta recortó la foto para eludir la procedencia del informe y lo remitió a un grupo de whatsapp de madres del mismo centro escolar.

La expansión del informe llegó hasta el público general a través de las redes sociales , lo que provocó tal revuelo que tanto Policía Foral como Policía Municipal tuvieron que emitir un comunicado conjunto para calmar a la población ya que se trataba tan sólo de una sospecha y los datos que se aportaban pertenecía a una persona que ni tan siquiera estaba siendo investigada. Se trataba únicamente de la narración de un caso similar explicado por una policía extranjera por si podía servir para la todavía incipiente investigación de la denuncia presentada en Pamplona.

La defensa de la agente de Policía Municipal alegó que se trataba de un caso de cooperación policial . Sin embargo la juez consideró que «lo que llevó a la acusada a revelar información es que su hijo iba al colegio que se recogía en la misma, y este mismo motivo es el que llevó a los siguientes transmisores a comunicarla a terceros, lo que desde luego nada tiene que ver con la cooperación policial pretendida».

Lo que comenzó con una conversación vía whatsapp dentro de una pareja ha terminado en un delito de revelación de secretos, aunque la sentencia todavía puede ser recurrida. Y todo por el instinto de protección de los hijos.