La federación de donantes rechaza que se pague por suministrar sangre

Martín Manceñido Fuertes , presidente del Comité Nacional de la Federación Española de Donantes de Sangre, sostiene que de «ninguna manera podemos ni queremos demonizar las declaraciones del Dr. Víctor Grifols, entre otras cosas porque tiene toda la razón en si España necesita 600.000 litros de plasma al año y el que le llega a Grifols como industria fraccionadora desde los Centros de Transfusión procedente de donaciones voluntarias y no remuneradas son 300.000 litros, es evidente que tiene que importar otros 300.000 desde EE.UU. procedente de vendedores (que no donantes)».

También es una verdad incuestionable, dice, que «las expectativas de consumo de plasma, en concreto de la inmunoglobulina y más concretamente de la proteína IG IV susceptible de ser utilizada en patologías relacionadas con el sistema inmunológico, tipo alzhéimer y otras, puede dispararse en pocos años entre veinte y treinta veces el consumo actual».

Pero abonar el plasma a los vendedores, según él:

1. Sería dar un largo paso atrás, como de 50 años, que nos costó mucho tiempo y esfuerzo superar en España y que a pesar del déficit comentado en ese componente, el resto está resuelto y hoy por hoy los Centros de Transfusión dan respuesta, de manera autosuficiente a las necesidades hemoterápicas que el SNS les demanda.

2. Flexibilizar la donación altruista de plasma con la excusa del déficit, y lo que es más preocupante, con la expectativa del consumo futuro tal como se ha comentado anteriormente, pagando a quien desee venderlo, sería tanto como querer hacer convivir la actitud solidaria y altruista de los 2.165.000 donantes altruistas españoles, activos, con una serie de personas vendedoras de plasma. Argumento que se cae por su propio peso. Los donantes altruistas dejarían inmediatamente de hacerlo o lo harían en mucha menor medida, con lo que el desabastecimiento estaría servido.

Martín Manceñido Fuertes lamenta la reducción, «cuando no eliminación», de las ayudas sociales al movimiento asociativo que sustenta la donación altruista de sangre y plasma en España. Pide al Ministerio y al propio Consejo Interterritorial que, respetando las competencias de las comunidades autónomas en la materia, España disponga de un ente estatal siguiendo los modelos de Francia o Italia.

Los donantes españoles «reclamamos al SNS representado por las Consejerías de Sanidad, la inmediata puesta en marcha de coberturas de seguros para los donantes, (que no son pacientes ni usuarios del sistema, sino especiales colaboradores del mismo cuya existencia se esfumó con el RD 1088/2005), con la transparencia, claridad y especificidades propias de un colectivo peculiar y único».

Finalmente, pide un estatudo del donante elaborado por el Parlamento, un mercado de plasma europeo , mayor divulgación para fomentar las donaciones, y que la sanidad se implique para que las donaciones se hagan con garantía.