El plan de vacunación masiva divide a los médicos sobre un posible colapso de la red

Romero confía en que la estrategia del Ejecutivo, que dio a conocer el 23 de noviembre y que se va desvelando poco a poco, está bien diseñada, a tenor de la distribución en grupos de riesgo y dividida en etapas. Además, subraya el presidente de los colegios de médicos de España, se ha sustentado en una red sólida y fuerte de 13.000 centros de salud. Necesitará, eso sí, de más medios y espacios, conviene. «Trabajamos de la mano con el Ejecutivo para comunicar bien la necesidad de vacunarse y combatir las mentiras sobre ellas. Las vacunas solo se deben debatir en entornos científicos y no en otros lugares». Tanto Romero como el doctor José Ignacio Peis, de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), tildan de acertado y razonable que el programa de inmunización de la población en España emane directamente del europeo. Pero la estrategia de vacunación «tiene que ser una opción preferente y hay que descongestionar la infraestructura elegida, esos centros de atención primaria. Hemos propuesto incluso que se vacune en horarios diferentes en los centros, así como la necesidad de que si se satura el sistema, se lleve a otros espacios habilitados distintos», completa el presidente de la OMC.

Algo así ha hecho Alemania, confiando en vacunar en instalaciones específicas, una suerte de «check points» que se han instalado este diciembre, dotados de congeladores especiales para extender la vida útil de la vacuna hasta seis meses, y equipos móviles para vacunar a ancianos en hogares y residencias. La vacuna se distribuirá a lugares de almacenamiento fijos escogidos en cada Bundesländer. En este país, precisamente, la interrupción de la distribución de la vacuna que anunció ayer Pfizer-BioNTech lleva a pensar que el anuncio de Illa es «precipitado y aventurado» y está por madurar, a juicio del doctor Peis, coordinador del grupo de trabajo de Actividades Preventivas y Salud Pública de Semergen. «Hay muchas variables que condicionarían ese reparto en España», vislumbra.

El estrés al que se va a someter al sistema es evidente. El doctor Joan Caylà, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), infiere que «hay que vacunar a muchos millones de personas en pocos meses, y se hace imprescindible que los equipos de atención primaria (EAP)tengan refuerzos». Su colega la doctora Ángela Domínguez, coordinadora del grupo de Vacunas de la SEE, difiere en que la red asistencial es la más preparada para asumirlo y, si la estrategia está bien planificada , presagia, no se producirá ese caos. «Va a ser la prioridad para evitar que la pandemia progrese», resuelve Domínguez.

¿Cuáles son las principales complicaciones que sí se advierten con mayor nitidez? Caylà da con una clave, que repite el resto de los expertos en Salud Pública consultados: el hándicap en recursos humanos es notable en un sistema agotado al que se le demanda un esfuerzo adicional, pero «en el caso de que llegue la vacuna, por ejemplo la de Pfizer, que requiere almacenamiento a –70 grados, no será posible guardarla en los EAP, solo en los hospitales». Esto amenazaría la llegada a tiempo de la vacuna a la población, tal y como se está planteando. «Se quiere llegar a la inmunidad de rebaño, vacunando al 70% de la población. No se podrá en los plazos que marcan», protesta la doctora Justicia. Idéntica respuesta a la del doctor Peis:«La mutación del virus está siendo bastante complicada y el sistema no podría soportar una tercera ola. teniendo en cuenta que las medidas de confinamiento no pueden ser eternas».

El epidemiólogo de la SEE remite a experiencias de países más adelantados que el nuestro, como Reino Unido, que presumiblemente comenzará a vacunar el próximo lunes, dentro de 48 horas y se convertirá en uno de los primeros países en beneficiarse de la inmunización. El doctor Caylà cree que al observar cómo va en otros países, «las estrategias nacionales irán adaptándose en el resto de países. También en el nuestro». De momento, los españoles han vuelto a dejar constancia en el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), hecho público ayer, que ven con buenos ojos la vacuna, pero no acaban de fiarse.

Pese a que el Gobierno tiene especial confianza en que los españoles se vacunarán, la mitad de ellos no piensan lo mismo. Más del 55% de los ciudadanos encuestados en el CIS se muestran cautos ante el desarrollo de los antídotos y prefiere esperar a conocer los efectos de la misma sobre los individuos, según los datos del «Estudio especial sobre consecuencias y efectos del coronavirus (II) en la población española». En cambio,el 32,5% de los españoles estarían dispuestos a vacunarse inmediatamente, y solo el 8,4% de ellos se negaría a recibir algún tipo de inmunización.

Los datos de la reciente campaña de vacunación contra la gripe en España hacen presagiar a Sanidad que los españoles recibirán con entusiasmo las vacunas conforme se vayan distribuyendo en nuestro país. «Si la población ha sido consciente de la importancia de vacunarse contra la gripe esta temporada concreta, creo que serán mucho más conscientes de la importancia de hacerlo contra el coronavirus, esta epidemia concreta», explicó el pasado jueves el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.