Pedro Jaén: «Me he puesto bótox, rellenos, láser... Me gusta sentir y ver cómo funcionan»

Su libro se presenta como la guía definitiva para mantener sana y joven la piel. Hay a quien estos consejos le llegarán tarde ¿o nunca lo es?

Nunca lo es, pero cuanto antes se comience a ser consciente de que la piel es única para toda la vida y que lo que suceda hoy va a tener un efecto años después, mucho mejor. Pero cualquier momento de la vida es bueno para cambiar los hábitos.

Podemos protegerla, pero ¿se puede revertir el daño en la piel?

Se puede revertir el envejecimiento acelerado de la piel, no el fisiológico relacionado con la edad. La radiación ultravioleta, el tabaco y también problemas internos hacen que la piel envejezca de forma acelerada.

En este libro acaba con mitos muy extendidos, ofrece consejos prácticos y anima a actuar de forma temprana. ¿Cuándo deberíamos empezar a pensar en rejuvenecer?

Depende mucho de las personas. A partir de los 30 o 35 años, quien tiene una tez morena y ojos oscuros y no se quema con el sol. En personas rubias de ojos claros, conviene hacerlo desde los 25 años.

¿Eso significa hacer tratamientos?

No, no siempre. Significa que se deben modificar los hábitos de vida porque la piel joven tiene capacidad de reparar el daño sufrido hasta un determinado punto. Cuando se excede esa capacidad de reparación queda un daño permanente que no se recupera.

¿Qué mensajes funcionan mejor para alertar de los riesgos del sol, el miedo a arrugarse de forma prematura o a tener un cáncer de piel?

La estética seguramente cala más. Un ejemplo: una mujer con cáncer de mama sufre más por la caída de pelo por la quimioterapia que por el cáncer. La estética es un bien que nos afecta mucho perderlo, sufrir por ello no es una frivolidad.

Hay quien decide hacerse un ‘lifting’ a los 35 años. ¿Es mejor empezar precozmente o aguantar hasta los 60?

Una paciente mía decidió hacérselo a los 33 años. Es el caso más joven que he tenido. Que fuera la decisión más acertada, depende mucho del cirujano que le tocara en ese momento, el que le volviese a tocar 15 años más tarde y así sucesivamente. Una cirugía con mucha frecuencia conlleva a otra. El camino siempre tiene retorno, pero cuando uno lo emprende le cuesta mucho volver. Se pierde de alguna forma la perspectiva, la referencia de la imagen propia.

¿Alguna vez le ha dicho a algún paciente: 'hasta aquí hemos llegado'?

Sí, pero con mucho respeto. Desde fuera, siendo objetivo, le puedes dar tu opinión.

¿Los tratamientos estéticos generan adicción?

Sin duda, pero depende mucho de los tratamientos que se elijan. Si se opta por los que van a revertir en una mejor calidad de la piel, siempre es un acierto. Hay que tener cuidado cuando se aconseja modificar la imagen corporal de la persona. Se puede acabar en un lugar de difícil retorno.

Los tratamientos que permiten dar marcha atrás al reloj biológico aún no son perfectos. ¿Qué haría falta para que lo fueran?

El arsenal terapéutico actual es tremendo. Si hubiese dispuesto de él hace 35 años mis pacientes estarían todavía mejor conservados. Pero el tratamiento estético perfecto rozará la perfección cuando estemos más cerca de la medicina regenerativa. Ahora maquillamos lo que tenemos, cambiamos el exterior. Cuando podamos regenerar cambiaremos lo íntimo de nuestra piel, nuestras células. Mi sueño como dermatólogo sería poder extraer células madre, conservarlas a una determinada edad y utilizarlas cuando se necesitaran.

Si tuviera que quedarse con uno solo de ese abanico de tratamientos, ¿con cuál se quedaría?

En tratamientos tópicos, con el ácido retinoico. En inyectables, con el bótox

Ayuda a retrasar la huella del tiempo en la piel de sus pacientes. ¿Ha sucumbido a alguno de sus tratamientos?

Yo suelo probar todos los tratamientos que utilizo con mis pacientes.

¿Rellenos?, ¿bótox?..

Me he puesto bótox, rellenos, me he aplicado láser... Mantengo mis arrugas y mis manchas, pero me he quitado alguna y me he puesto bótox, sí. Luego lo he dejado de usar como se puede ver (risas). Son aplicaciones de prueba porque me gusta sentir y ver cómo funcionan. No hay nada como tu propia piel para experimentarlo. Por lo que no he pasado es por el quirófano para hacerme un 'lifting'.

Antes de salir de casa me he puesto en la cara unas gotas de vitamina C, una hidratante y un fotoprotector. ¿Me podía haber ahorrado los dos primeros pasos? ¿Bastaría con protegerse del sol?

La protección solar es uno de los mejores productos antienvejecimiento. Pero un antioxidante (vitamina C) protege de los radicales libres que no solo se fabrican por el sol. La polución, el estrés o el tabaco producen un estrés oxidativo del que protege la vitamina C y no el fotoprotector. Mezclan bien ambos productos.

¿Cuál es la zona del cuerpo que delata la edad con total impunidad?

El cuello, porque escapa a la mayoría de los tratamientos. La flacidez de los tejidos profundos condiciona mucho el aspecto y la piel se regenera con dificultad. La del cuello es una piel fina y tiene pocos folículos sebáceos, donde hay células madre que son las encargadas de la regeneración.

Yo pensaba que el peor chivato eran las manos

No, la piel de las manos se puede tratar. Se pueden dejar limpias de manchas y también inyectar grasa con productos de relleno para darles volumen que es lo que más se pierde con el paso del tiempo.

A un dermatólogo tan codiciado como usted, ¿le piden en la consulta 'la piel de'? Igual que les sucede a los cirujanos plásticos a los que les solicitan copiar la nariz de un personaje conocido

A veces sí. Te suelen preguntar qué es lo que hace determinada persona para estar estupenda. Y, sí, te ponen ejemplos. O bien de personas que entienden que puedas tratarles tú.

¿Le piden la piel de la Reina Letizia?

Sí, en la consulta te lo pueden preguntar. Nuestra Reina tiene una piel estupenda, probablemente por su propia genética. A veces, este factor pesa más que los propios tratamientos. Pero quien tiene una buena genética y se cuida, envejece muy bien.

En el Hospital Ramón y Cajal, donde dirige el servicio de Dermatología, ve por la mañana la tragedia en forma de cáncer de piel y en su consulta privada sobre todo problemas estéticos. ¿Lidiar con la frivolidad llega a cansar?

A mí no. No lo considero frívolo. Veo siempre lo que puede afectar a la persona, algo que ella le está dando importancia, aunque sea una cosa menor para otro. Pero si a ella le afecta en su calidad de vida, merece la pena que un médico se ponga en su lugar y dé todo lo que pueda hacer por ella para ayudarla. La muerte por cáncer de piel no se puede comparar con unas arrugas, pero tienes que atender todas las situaciones lo mejor que sepas y puedas. No me cansa.

¿Las mascarillas han vaciado las consultas de los dermatólogos? ¿Lo que no se ve, no existe?

Al contrario. Hay quien aprovecha la mascarilla para hacerse tratamientos. Nos tapamos en la calle, pero nos seguimos viendo sin ella en los 'selfies', en las videoconferencias... Además han aparecido más lesiones en la piel por la mascarilla como la rosácea y más intolerancias. Esto es por la humedad y los microorganismos que tenemos en la boca. Una irritación que no se va merece una consulta porque tiene su tratamiento específico.