El Papa pide ayuda para los «hermanos y hermanas que sufren dura persecución hasta el martirio»

Francisco ha recordado que «también hoy la Iglesia sufre persecuciones hasta la prueba del martirio» y, al margen del texto escrito ha añadido que «el número de mártires es hoy superior al de los primeros siglos del cristianismo. La crueldad que sufrían aquí en Roma la sufren también hoy, pero un número mayor de cristianos».

Por eso propone, además de cualquier otra ayuda, «pensar en ellos, y estar cercanos a ellos con nuestro cariño, nuestra oración —a la Virgen María, Reina de los mártires— y también nuestro llanto».

Muchas de las personas que sufren hostigamiento, persecución o martirio permanecen en lugares de peligro porque su vocación es la de ayudar, y «viven el Evangelio esforzándose en favor de los últimos, de los más abandonados, haciendo el bien a todos sin distinción; dando testimonio de la caridad en la verdad».

En ese cuadro de sombras hay también algunas luces, y Francisco se ha referido a los cristianos de Alepo, que han podido celebrar la Navidad en la iglesia de San Elías, aunque tenga el techo derrumbado, por primera vez en cuatro años.

El Papa ha presentado su condolencia a las familias de las víctimas del accidente aéreo en que han perdido la vida los miembros de los Coros del Ejército Rojo, y ha pedido oraciones por las víctimas, sus familiares y los equipos de emergencia, recordando con agradecimiento que el Coro vino al Vaticano en el 2004 para ofrecer un concierto homenaje a San Juan Pablo II.

En su despedida, el Papa ha felicitado por su santo «a todos los Esteban y Estefanía» y ha dado las gracias por la gran cantidad de mensajes de felicitación navideña recibidos de todo el mundo.