Papa Francisco: «Mamás, papás y abuelos: enseñad a los niños a hacer bien la señal de la Cruz»

Con buen humor, el Santo Padre ha animado a los siete mil participantes en la audiencia general a mejorar en este punto: «Por favor, mamás, papás y abuelos: enseñad a los niños desde pequeñitos a hacer bien la señal de la Cruz. Explicadles que es tener como protección la cruz de Jesús».

Dentro del nuevo ciclo de catequesis sobre la Misa, el Papa ha comentado los ritos iniciales, deteniéndose mucho en el reconocimiento de los propios pecados.

Dejando al lado los papeles ha insistido en que «todos somos pecadores. No sé, quizá alguno de vosotros no es pecador… Si alguno no es pecador, que por favor levante la mano, y así lo vemos… No hay manos alzadas, ¡estupendo! ¡tenéis bien la fe! Todos somos pecadores».

Según Francisco, cuando el sacerdote invita a reconocer los propios pecados «no se trata solo de pensar en ellos. Es una invitación a confesarse pecadores delante de Dios y delante de la comunidad, delante de los hermanos, con humildad y sinceridad, como el publicano en el templo».

Como sus catequesis de los miércoles en la audiencia general son siempre muy cortas, el Papa ha anunciado que, debido a la importancia del acto penitencial, «volveremos a tratar este tema en la próxima catequesis. Vayamos paso a paso en la explicación de la Misa. Pero, insisto: enseñad por favor a los niños a hacer bien la señal de la Cruz».

El encuentro con unos siete mil peregrinos incluyó una divertida actuación del modesto Circo de Cuba, acompañado de una orquesta «casera» que llenó el Aula Nervi de ambiente tropical, incluyendo un divertido «Cumpleaños feliz» por los 81 que el Papa cumplió el domingo pasado.

Francisco les ha dado las gracias y ha aplaudido con entusiasmo al malabarista, que hacía juegos en el aire con tres balones de fútbol, después con cuatro y al final con cinco como si fuesen naranjas.

El próximo encuentro público del Papa con los fieles será la misa de Nochebuena, también llamada «del Gallo», este domingo 24 a las nueve y media de la noche en la basílica de San Pedro.