El Papa dispone que las mujeres puedan participar en el lavatorio de los pies

El Santo Padre argumenta en esta misiva publicada este jueves que con su decisión de cambiar este rito quiere «mejorar la modalidad de actuación para que exprese plenamente el significado del gesto efectuado por Jesús en el Cenáculo, su entregarse “hasta el final” por la salvación del mundo, su caridad sin límites».

Supone, por tanto, una modificación del Misal Romano que el Papa ordena así: «Dispongo por lo tanto que se modifique la rúbrica en la que las personas elegidas para el lavatorio de los pies deban ser hombres o muchachos».

Hasta ahora, en el Misal, constaba para este rito de la Misa de la Cena del Señor la siguiente indicación: « Los varones designados, acompañados de los ministros…». Con este cambio, la fórmula varía: «Los que han sido designados de entre el pueblo de Dios son acompañados por los ministros…».

El objetivo es que «los pastores puedan designar un pequeño grupo de fieles que represente la variedad y la unidad de cada porción del pueblo de Dios. Este pequeño grupo puede estar compuesto de hombres y mujeres , y es conveniente que formen parte de él jóvenes y ancianos, sanos y enfermos, clérigos, consagrados, laicos», tal y como describe Culto Divino en el decreto que fija esta reforma. Aunque el Papa Francisco no es el primer Papa que cambia este rito. Ha evolucionado desde el siglo XII. En 1955 lo cambió el Papa Pío XII y en 1970 lo actualizó Pablo VI.

En cualquier caso el rito del Lavatorio no es de obligado cumplimiento durante la Misa de la Cena del Señor. Queda a juicio de cada sacerdote el incluirlo o no en la ceremonia según circunstancias o razones pastorales. Es un gesto que imitan los sacerdotes en el día del amor fraterno recordando el que cumplió Jesús con los discípulos antes de la Última Cena. Era el gesto que los esclavos romanos realizaban con los invitados de sus señores para limpiarles el polvo del camino y que Cristo quiso asumir como propio.

El Papa Francisco se ha adelantado a la norma con la práctica. En sus tres Jueves Santos como Pontífice siempre ha incluido mujeres en este rito, incluso a una musulmana. Una costumbre que también tenía cuando era arzobispo de Buenos Aires.