El Papa afirma que «la agresión armada de estos días es un ultraje a Dios, una traición blasfema al Señor de la Pascua»

«La paz del Señor es hacerse cargo de los demás. Su paz no es el resultado de un compromiso, sino que nace del don de sí mismo. Por eso, esta paz mansa y valiente es difícil de aceptar », ha subrayado.

Lo ha explicado recordando la «Leyenda del Gran Inquisidor» que aparece en «Los hermanos Karamázov», del escritor ruso Fiódor Dostoyevski. Este relato imagina que «Jesús, después de varios siglos, regresa a la Tierra. Es recibido inmediatamente por la multitud festiva, que lo reconoce y lo aclama. Pero lo arresta el Inquisidor, que representa la lógica mundana , y lo interroga y lo critica ferozmente».

«La razón final de la reprimenda es que Cristo, aunque pudo, nunca quiso convertirse en César , el mayor rey de este mundo, prefiriendo dejar al hombre libre antes que someterlo y resolver sus problemas por la fuerza. Podría haber establecido la paz en el mundo doblegando el libre pero precario corazón del hombre por la fuerza de un poder superior, pero no quiso hacerlo», ha explicado el Papa.

Según el Pontífice, este es «el engaño que se repite en la historia, la tentación de una falsa paz , basada en el poder, que luego lleva al odio y a la traición a Dios y a mucha amargura en el alma».

Pero el relato de Dostoyevski concluye de un modo sorprendente. «Al final, al inquisidor le gustaría que Jesús 'le dijera algo, aunque fuera algo amargo o terrible'. Pero Cristo reacciona con un gesto dulce y concreto: 'se acerca a él en silencio, y le besa suavemente en sus labios viejos y agotados'».

Esta historia del genio ruso muestra que «la paz de Jesús no domina sobre los demás, no es una paz armada. Las armas del Evangelio son la oración, la ternura, el perdón y el amor gratuito al prójimo, a todo prójimo». «Por eso la agresión armada de estos días, como toda guerra, es un ultraje a Dios , una traición blasfema al Señor de la Pascua».

Según el Pontífice, «en este momento difícil, de agresión armada, estamos llamados a ser portadores de la paz de Cristo con las «armas» del Evangelio, que son la oración, la ternura, el perdón y el amor gratuito a todos, sin distinción». En concreto, el Papa ha pedido a los católicos que sean «capaces de «dar pasos» de reconciliación» para que esa «paz reine en nuestros corazones y en el mundo entero».

Como anécdota, el Papa ha dado las gracias a los polacos porque este año celebrarán la Pascua «junto con muchos invitados ucranianos» . «Es una fiesta familiar, y ustedes, al abrirles sus casas, se han convertido en sus hogares, se han convertido en sus miembros de la familia. ¡Muchas gracias!».

El Papa ha notado que había muchos jóvenes entre los peregrinos, - «cuando hay jóvenes, hay más barullo, y eso es bueno» , ha bromeado. Entre ellos ha saludado a los dos mil que «participan en el Encuentro internacional Univ 2022», muchos de ellos procedentes de España.