La pandemia frena a los nuevos conductores: las «L» caen a la mitad

El dato evidencia el lastre que ha supuesto el Covid para el sector, pues la Dirección General de Tráfico (DGT) suspendió desde el día 12 de marzo hasta el 23 de mayo los exámenes para la obtención del permiso de conducir en varias comunidades autónomas. Sin embargo, la tendencia observada en los últimos años revela que no toda la culpa la tiene el virus y que algo está cambiando.

Los alemanes, que tienen palabras para todo, lo llaman el «Zeitgeist»; el clima social, cultural e intelectual de un momento concreto y de una generación. El «Geist» -espíritu- de un tiempo «Zeit». Camino, guionista de 26 años, explica que no se ha sacado el carné «por vagancia», aunque matiza que existe un motivo subyacente y es que «no cree en el automóvil». Si bien reconoce que se «priva» de algunas cosas al no disponer de coche, prefiere ir en metro o en autobús y, según relata, «no contaminar».

El «Zeitgeist» de las nuevas generaciones es la lucha contra el cambio climático . Varias investigaciones sociológicas parecen confirmar que el ascenso de Greta Thunberg como ídolo juvenil no es azaroso. Para siete de cada diez, la defensa del medio ambiente es la primera causa social por la que merece la pena asumir riesgos, según los resultados de un barómetro elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción).

Pablo, periodista de 27 años cuenta que, en su caso, la causa que explica que no se haya sacado el carné es la «falta de necesidad» , aunque reconoce que, en el pasado, tener un coche era «motivo de orgullo», pero «ahora da más igual».

Los criterios más importantes para los jóvenes a la hora de sacarse la licencia son el precio, la proximidad y la falta de modernización de las autoescuelas, según un estudio realizado en octubre por Onroad, filial de la primera autoescuela digital de Europa. Este trabajo, en el que se han analizado las respuestas de 600 jóvenes españoles de entre 18 y 30 años, apunta que para el 80 por ciento de los encuestados el precio supone un problema a la hora de sacarse el carné, a pesar de que reconocen que existe una «necesidad laboral». Fabiola, que va a cumplir los 30, asegura que siempre ha concebido el carné «como un objeto de lujo» , ya que el coste de sacárselo en España oscila entre los 1.200 y los 1.500 euros, dependiendo de la dedicación al estudio y la pericia del candidato. En este sentido, más de la mitad de los encuestados que se encuentran dentro del proceso comentan que han repetido el examen práctico en dos o más ocasiones.

La modernización en el sector de las autoescuelas no ha terminado de implantarse y muchos centros son reacios a digitalizarse , a pesar de las demandas de una población que no entiende el aprendizaje sin servirse de las herramientas online. Un 30% de los encuestados echa en falta más apoyo del profesorado o facilidades online para preparar el examen teórico.

A la amalgama de razones sociológicas que explican la tendencia descendente en el número de «L» que se expiden en nuestro país, se ha sumado el bloqueo provocado por una crisis sanitaria sin precedentes. Cada vez cuesta más encontrarse con el «sello verde del principiante» en los cristales traseros de los coches españoles.