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Los padres de Nadia solo tendrán que pagar 64.000 euros a los donantes de la niña

Fueron condenados a 5 y 3,5 años de prisión por estafa al usar la enfermedad de su hija para enriquecerse; una nueva sentencia ha fijado el perjuicio

Los padres de Nadia, Fernando y Margarita, durante el juicio que les condenó a 5 y 3,5 años de prisión respectivamente EFE
Cruz Morcillo

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Fernando Blanco y Margarita Garau se pasearon por platós de televisión y escenarios recaudando dinero para su hija Nadia Nerea que padece una enfermedad rara, tricotiodistrofia, e hicieron creer que su vida corría peligro. En noviembre del año pasado la Audiencia de Lérida les condenó por estafa continuada a 5 y 3,5 años de prisión, respectivamente.

El fallo concluía que los padres utilizaron la enfermedad de la niña para recaudar miles de euros y emplearlos en fines particulares. Según esa sentencia obtuvieron un enriquecimiento ilícito de 402.232 euros a base de donaciones de particulares a los que mintieron sobre el estado de salud de la pequeña.

La Audiencia impuso además que debían indemnizar a las personas perjudicadas por el engaño, abonar un multa y pagar el proceso judicial. El 30 de mayo de este año el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña dictó una nueva sentencia en la que estimaba parcialmente el recurso presentado por la defensa de Fernando Blanco. El fallo anuló la resolución de la Audiencia leridana en lo que se refiere a la responsabilidad civil, dado que los magistrados no habían individualizado las cantidades que debían abonar los padres a los perjudicados y a cuánto ascendía cada donación.

Medio millón de euros

A finales de agosto, la Audiencia de Lérida dictó una nueva sentencia en la que ahora sí fija las cantidades concretas que Blanco y Garau tienen que pagar a los perjudicados. El monto total es de 64.000 euros, una cifra muy alejada del más de medio millón de euros que llegó a barajar la investigación.

En la resolución, a la que ha tenido acceso ABC , hay un total de 65 perjudicados que dieron dinero a la Asociación creada por los padres para supuestamente someter a Nadia a carísimas intervenciones quirúrgicas en el extranjero que podían salvarle la vida. Esos viajes nunca se produjeron ni por supuesto las operaciones.

La suma más alta deberán pagarla al Grupo Inversor para el Desarrollo S.L. Que les donó 13.000 euros; otros dos particulares les entregaron 6.000 euros cada uno, igual que un grupo de teatro amateur de la Seu de Urgell. En la larga lista de personas de buena voluntad que quisieron ayudar a la niña hay todo tipo de cantidades, desde los 30 euros hasta los 2.000, incluida la asociación de madres y padres del colegio al que asistía Nadia hasta una parroquia , un centro deportivo o el centro de Omnium Cultural en Urgell.

Los magistrados han desestimado el pago a otros donantes que no han justificado la donación, así como a varios proveedores que también les reclamaban dinero a la pareja, unos por trabajos de carpintería y otros dos por venderles vinos. La Audiencia les insta a reclamar en otra vía dado que su supuesto perjuicio no tiene nada que ver con las donaciones a la niña o a su asociación.

Fernando Blanco llegó a inventar que sufría un cáncer de páncreas y se rapó la cabeza para demostrarlo. Los padres lograron captar la «empatía y sensibilización» de los vecinos, que se implicaron a fondo en la organización de «tómbolas, subastas de objetos cedidos por famosos, venta de participaciones de lotería y huchas» para captar fondos. La investigación ha podido acreditar, según la sentencia, que entre transferencias y dinero en metálico los padres recibieron 422.450 euros. De esa cantidad, solo 2.707 euros (o sea, el 0,6%) se destinó a gastos médicos de la menor en la Clínica Universitaria de Navarra. Si se restan otros gastos que la sentencia ve justificados, la cifra final de la estafa asciende a 402.232 euros. Los padres destinaron esa suma a pagar los 800 euros mensuales del alquiler de su casa en Fígols, a comprar vehículos o a sufragar alojamientos en hoteles.

La sentencia les consideró «coautores» de la estafa, pero impuso una pena mayor al padre porque asumió el «protagonismo» y «tuvo un papel preponderante». Blanco llegó a defender en el juicio que su hija se había sometido a un tratamiento de manipulación genética y que le habían «reseteado» el cerebro. En junio salió de prisión tras cumplir la mitad de la condena.

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