Las orquídeas rebeldes de Filipinas

El germen de la obsesión ya estaba plantado. Su posterior florecimiento en el jardín del almirante inglés, el primero en Europa de una especie del Nuevo Mundo, desataría la llamada «orquideomanía», una burbuja donde los gastos desorbitados e, incluso, los robos de tan preciados bulbos se sucedería n entre las clases pudientes.

Ahora, tres siglos después del éxtasis de Wager, el descubrimiento de nuevas especies de orquídeas en las montañas filipinas de Mindanao, vuelve a demostrar la importancia del hermetismo de estas flores para su conservación.

La región, asolada en los últimos tiempos por grupos insurgentes de inspiración maoísta y, más recientemente, por la milicia islamista de Abu Sayyaf, es coto casi imposible para manos y pies inexpertos. Por ello, para el doctor Miguel David de León , uno de los descubridores, entre esta amalgama de rebeldes, su aislamiento geográfico ha sido determinante para que las orquídeas hayan sobrevivido a los furtivos.

«Además de la insurgencia y el riesgo de quedar atrapados en el fuego cruzado entre las fuerzas gubernamentales y los insurgentes, la zona pertenece a los pueblos indígenas conocidos como “lumads” que no permiten a los habitantes de las ciudades (los cuales son denominados de forma local «dumagats», del mar) entrar en sus dominios ancestrales», asegura De León a ABC.

Una de las orquídeas halladas, de tinte amarillo, ha sido denominada Epicrianthes aquinoi, en honor al presidente de Filipinas, Benigno Aquino , quien abandonará el cargo este jueves y cuya familia utiliza este color en los mitines políticos.

«Esta nueva especie es una importante adición al género en Filipinas», destaca el experto a este diario. El sub grupo fue establecido en 1825 por el doctor Carl Blume. Sin embargo, en 2011, cuando Jim Cootes publicó el principal manual sobre las especies autóctonas de Filipinas -«Native Orchid Species»- solo había sido una descubierta. Dos más serían añadidas al género el pasado año. Ésta es la cuarta.

Como consultor de flora y fauna del Departamento de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Filipinas, para De León, el paso más importante para proteger ésta y otras especies es preservar lo que se mantiene de los bosques.

«La plantación de árboles no es sinónimo de reforestación» , destaca el experto. «Hay muchos más componentes de los bosques distintos a los árboles - arbustos, helechos, musgos, hongos, bacterias... Todos ellos son componentes esenciales que otorgan al bosque el ecosistema que lo sustenta», añade.

En Filipinas, casi tres siglos después de la « obsesión » de Charles Wager, las orquídeas rebeldes comienzan a salir de su anonimato.