Los nuevos nómadas laborales: «Emigro como lo hizo mi familia en los años 60»

Europa vive la crisis de los oficios y recluta a jóvenes carpinteros o albañiles españoles que se van sin pensar en el retorno. Ahogados por el mercado laboral, buscan prosperidad

Mercedes Duarte posa con retratos antiguos de sus antecesores emigrantes. Ella irá a Alemania en marzo ISABEL PERMUY

El fenómeno del fontanero polaco en Reino Unido ha mutado . Ahora se busca al fontanero español, mano de obra barata que emigra a un país de la llamada Europa rica en busca de tres cosas: calidad de vida, nula tasa de paro y, ... sobre todo, capacidad de progresar. Ese sueño antiguo de la persona que entraba a trabajar como botones en el Banco Santander y podía acabar como presidente de la entidad hace décadas que se esfumó en nuestro país. En este siglo XXI el personal no cualificado –albañiles, electricistas, transportistas y cuidadores– no ven ninguna opción de progresar en España y de pasar de mil, mil doscientos euros en el mejor de los casos. A ello se une que desde fuera se les recluta. En países volcados en sacarse titulaciones superiores como Alemania hay una gran crisis de los oficios y lanzan la caña a jóvenes españoles con talento para las profesiones más manuales. Esta nueva corriente migratoria se suma al flujo de «cerebros» fugados en los estertores del siglo XX y que la crisis de 2008 agudizó. La pandemia de coronavirus, definitivamente, ha acabado por arrebatarles las oportunidades de futuro. Son los nuevos «nómadas laborales» .

Así los bautiza el geógrafo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Ángel Paniagua . El español, maltratado por el mercado de trabajo nacional, ve ceros en los honorarios que le ofrecen fuera que son impensables aquí. El catedrático de Historia y Movimientos Sociales de la Universidad CEU San Pablo, Juan Carlos Jiménez, reflexiona: «Mi tío emigró como carpintero a Australia en los años 60 y ahora veo cómo mis descendientes están dispuestos a hacerlo de nuevo, a irse». «Esa emigración de la década de los 50 y 60 desplazó a un volumen extraordinario de personas, uno, dos y hasta tres millones. Aquel éxodo permitió que la economía española no tuviese paro». «En el momento actual, pese a la salida de gente, aquí sigue habiendo mucho paro, lo que indica la escasísima dinámica de la realidad española», contrapone.

Tanto él como su compañero del CEU, el economista Juan Luis Santos, se rinden a la evidencia de que «en 2020 el modelo es la idea de Europa como mejora de la calidad de vida». «También es un problema de percepción, pero el joven español comprueba que las condiciones de la clase media se van deteriorando e intuyen que no a mejorar en un año y medio. La percepción es que aquí se contrata a ingenieros por 1.200 euros y que las cosas no van a mejorar, así que se van fuera contratados por tres veces más». Lo que está sucediendo es que «estás expulsando a decenas de miles de personas del circuito económico. El mercado tiene un tope por debajo y cuando se llega, se sale del sistema», dice el catedrático.

«Atracción», no expulsión

Juan, Maribel y Mercedes no compartían nada hasta hoy. Madrileño de 27 años, granadina de 28 y paraguaya de 19, tienen raíces y querencias muy diferentes, pero sus cursos vitales se han emparejado en el momento en el que han visto más oportunidades fuera de nuestro país que dentro. Por eso, sus destinos podrán cruzarse en algún lugar de Alemania o Países Bajos , dos de los países adonde en este siglo XXI se están yendo más jóvenes españoles atraídos por nuevas ofertas laborales, mucho más jugosas que en España y donde solo se exige superar un examen del idioma (y, en algún caso, tener el carné de conducir, acota el profesor Santos). El economista subraya que esa es la palabra clave: factores de atracción hacia lo de fuera, y no de expulsión del suelo español, que fue lo que provocó la migración española de mediados del siglo pasado.

El otro y más reciente éxodo migratorio estrenó el siglo con una fuga de cerebros masiva que podría haber arañado a nuestro país, según las estadísticas, un millón largo de ciudadanos formados y altamente cualificados, sobre todo del ámbito biosanitario y tecnológico, afirma el demógrafo y presidente de la UNIR (Universidad Internacional de La Rioja), Rafael Puyol . Pero la nueva tendencia ha ido creciendo desde la crisis de 2008 e incluye ahora a ciudadanos no titulados que no absorbe el mercado laboral español. Son, especialmente, personas de 25 a 34 años, aunque en los últimos años ha ganado peso el grupo de 35 a 49, especifica Sergi Vidal , profesor del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona. Se busca de todo: albañiles, fontaneros, conductores de autobús, carpinteros y cuidadores. El geógrafo Paniagua, quien siempre ha manifestado a ABC su preocupación por el «vaciamiento» de zonas rurales de la Península, no oculta esta otra. «Lo importante es que un país genere suficientes y dignas oportunidades de trabajo. España no lo logra».

La diferencia con anteriores movimientos poblacionales también estriba en el retorno: entre un 20 y un 50% de los emigrantes jóvenes han vuelto a los cinco años, estima el profesor Vidal. Pero ahora, asume Paniagua, «muchos de los que se van ya no tienen horizonte de regreso al país. Quizás ni deseo. Esto está dando lugar a fenómenos de procesos de gentrificación en el destino; conexión de nacionales expatriados para generar redes que mantengan un cierto arraigo cultural, sobre todo en ciudades medias o pequeñas».

Maribel: «Cobro más por trabajar 28 horas»

Así le ha ocurrido a María Isabel Henares. Los grupos de Facebook de «Españoles en Ámsterdam» cuentan por miles sus miembros. Comparten fotos y experiencias. Maribel es una enamorada de este país desde que llegó de la Universidad de Málaga para completar sus estudios de Periodismo. Cursó su Erasmus en Leeuwarden (en la provincia holandesa de Friesland). En su caso sí posee una titulación superior, pero al volver a España, dice literalmente, «me mudé aquí otra vez porque no encontraba trabajo ni oportunidades en mi tierra». Comenzó de «au pair» en el país holandés, fue con una oferta de trabajo a Culemborg, (Utrecht). Trabajó casi tres años para la empresa Nickelodeon, a 2.800 euros brutos por 40 horas semanales, hasta que decidió dar un giro a su vida. Lo suyo son los niños . De hecho, uno de los motivos por los que no piensa en el regreso son las escasas expectativas y porque el nuestro es un país que no agita las segundas oportunidades, precisamente, corrobora.

Juan Serrano piensa en aprender alemán desde enero y marcharse el próximo verano de 2021 ISABEL PERMUY

Desde el pasado mes de marzo intenta, como ayudante de guardería, cumplir su sueño de trabajar como profesora, confiesa desde Ámsterdam una encantadora joven al otro lado del teléfono. Además, su país de acogida «facilita, mientras percibes un sueldo, aprender de primera mano de profesionales, a la vez que obtienes la certificación necesaria para conseguirlo».

Con arraigo

Maribel derriba tópicos. «Yo no represento precisamente la falta de arraigo con España. Me costó hacerme a la idea de que esto era lo que necesitaba, pero ahora soy feliz trabajando en Amstelveen». «Aquí se cuida más al trabajador, la salud mental es para ellos muy importante, y en la mayoría de empresas se tiene muy presente, de modo que ofrecen cursos de meditación o clases deportivas para minimizar el estrés. En España, buscas desesperadamente trabajo, echas currículos y las empresas ni te contestan. Yo ahora trabajo 28 horas semanales», reseña.

La ciudad de los canales acoge a cientos de electricistas, fontaneros y carpinteros españoles. Maribel apostilla que «ello, unido a que la fuga de cerebros no ha cesado». Prolifera la búsqueda de dentistas, que en muchos de estos países no requiere una titulación específica y se concibe como una tarea tradicionalmente para extranjeros. Con una sencilla búsqueda en internet y en las redes sociales, las ofertas de trabajo se multiplican. ¿El sueldo? El doble y hasta el triple de lo que perciben en España . «Trabaja de carpintero en Alemania sin conocer el idioma (reza una oferta de Red Eures) ; empresa busca 30 fontaneros españoles para emigrar a Holanda (oferta de Match better Jobs ); buscamos dentistas españoles que quieran empezar una nueva vida en Holanda y que estén dispuestos a aprender holandés antes de empezar (oferta a través de la academia Wetterstein , con tres meses de curso intensivo en holandés, puesto de trabajo seguro, disponibilidad inmediata, para larga duración y 3.500 euros brutos al mes)». En este sentido, el investigador y profesor de Sociología de la UNED, Luis Camarero, advierte del crecimiento de las empresas de «intermediación laboral», que «reclutan» a personal para actividades agrícolas y mano de obra barata, con el riesgo también, no se puede ocultar, de la explotación laboral.

El idioma es un gancho para estas empresas. A través de academias o fundaciones de enseñanza de la lengua, ofrecen «empleos seguros» en cuanto se supera la evaluación de un conocimiento lingüístico básico. En ese proceso se hallan ahora mismo Juan Serrano y Mercedes Duarte, ambos enrolados en una aventura de la mano de una academia alemana ( Deutsches Zentrum) que les deparará un trabajo en Aquisgrán como conductor de autobuses, al primero, y como auxiliar de una residencia de ancianos en la población de Etteldorf, a la segunda.

Juan: «Llevo meses sin cobrar. No queda otra»

Para Juan, la mecha definitiva sí ha sido la pandemia . Ahora conduce un VTC, pero es un manitas voluntarioso y sabría hacer casi cualquier cosa. Metido en un ERTE intermitente desde marzo, solo ha trabajado varias semanas desde agosto y han vuelto al subsidio. «No estoy cobrando nada desde marzo, he estado seis meses sin trabajar y la empresa alemana, cuya oferta encontré en el portal de empleo Infojobs, me convence totalmente. Tengo que examinarme en verano de alemán, me ponen todo tipo de facilidades, no se cobra menos de 2.500-2.700 euros brutos al mes. Me ponen una vivienda y trabajo indefinido». Una perita en dulce para alguien joven y con ganas, soltero y que ve fuera opciones de mejora. Aquí, el panorama «pinta muy negro», absolutamente desolador, comenta con pesimismo. Allí, la empresa, a través de lo que es un análogo del SEPE germano, le ofrece todo tipo de trabajos. «Como quiero dedicarme al mundo de la logística, lo veo muy fructífero. Aunque no consiguiese durar como conductor, tendría empleo seguro. Hay muchísima demanda de nuestros oficios. Eso en España ya no es posible de decir. Aquí es ERTE y precariedad».

El profesor Santos hace un cálculo para ABC. En la serie histórica de los últimos años se puede deducir que «alrededor de dos tercios de los españoles de 25 a 35 años que trabajan en Alemania son hombres y su número ha crecido más de un 30% desde 2012».

Mercedes: «En Madrid vivo en un "depende"»

Mercedes Duarte nació en una localidad, San Pedro, a dos horas de la capital paraguaya. Es curioso porque llegó a Madrid con su madre con 13 años. Su progenitora, empleada del hogar, emigró para buscar un futuro mejor para su hija. Seis años después, ella mejor que nadie comprende por qué Mercedes se irá en marzo de 2021 al municipio germano de Etteldorf que le ofrece casa, empleo seguro, buen sueldo y opciones. « Empiezas cobrando más que aquí, pero sobre todo es por la estabilidad . Aquí vives en un “depende”. Trabajo unos meses, más en pandemia por la crisis que se ha producido en los geriátricos, y dejo de trabajar. Encadeno rachas buenas con rachas malísimas. Y el dinero, depende siempre. Allí comienzas cobrando por ejemplo 1.400, pero sabes que en poco cobrarás 1.500 o llegarás a 1.600…. Aquí no, vas a menos», ejemplifica. Mercedes tiene casi conseguido su pasaporte al futuro. «Tal vez, si me va bien, no dudo en llevarme también a mi madre desde Madrid. Al final somos una familia de emigrantes».

Cuántos reponedores son

España ha revertido su fenómeno migratorio. En 2007 venían de Ecuador y Colombia, y ahora vamos. Sobre todo, a Europa. Solo en Reino Unido hay 250.000 españoles. Además de los destinos tradicionales como Francia o Alemania, otros como Estados Unidos o algunos países sudamericanos como Argentina o Ecuador han ganado vigor como destinos recientemente, informa Vidal. Somos «reponedores laborales». Carlos Ferrás , profesor de Geografía Humana y demógrafo de la Universidad de Santiago de Compostela, diserta sobre que «es un problema serio porque puede repercutir sobre la demografía y la población activa en España. Precisamente cuando tenemos problemas en sumar técnicos a nivel profesional. Ya comienza a existir déficit de albañiles, talleres mecánicos y de todo tipo. Es un grave problema de descapitalización en recursos humanos», enfatiza Ferrás.

Maribel, junto a su madre en la estación de Leeuwarden CEDIDA A ABC

«España está involucionando de una manera notable –proyectan Jiménez y Santos–. Los sueldos convergen con los de Eslovaquia, República Checa y Polonia. El salario modal aquí está en 1.200 euros, no van a progresar más. La crisis recortó condiciones de vida y nos hizo más débiles, pero ya no se ha recuperado. En la Europa rica, España es la mano de obra barata».

¿Cuántos Juan, Maribel o Mercedes se han ido ya o están a punto de hacerlo? No hay una cifra cerrada. Existe la obligación de darse de alta en el consulado cuando se va a residir 3 meses o más en otro país, pero muchos españoles en el exterior no tienen incentivos para hacerlo (no hay mecanismos de sanción efectivos, los beneficios de estar registrado son relativamente pocos en comparación al coste...). y, en general, las estadísticas oficiales infraestiman la emigración. Amparo González-Ferrer, investigadora del CSIC , estima que los datos de Reino Unido y Alemania apuntan que entre 2008 y 2012 habían llegado de tres a seis veces más españoles que lo que decían los registros que tenemos en España. Así, mientras que el Instituto Nacional de Estadística (INE) estimaba la salida de 225.000 españoles en dicho periodo, González-Ferrer los cifra en 700.000. Los cálculos a la baja que hacen los demógrafos hablan de otro millón largo de jóvenes profesionales seducidos por esta nueva fiebre migratoria, debido al nulo afecto que despiertan sus virtudes en suelo español.

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