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Mujeres al mando

María Pía: «Si una niña desea ser pastora, sus padres le quitan pronto la idea»

Ganadera, banquera 26 años y diputada, otros 4. El perfil es singular. ¿Y dónde está cómoda? «La vida en el campo está en consonancia con lo que somos»

María Pía Sánchez ABC
Érika Montañés

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Los 57 años de María Pía Sánchez han dado para ser diputada en el Congreso una legislatura, directora de una oficina bancaria durante 26 años, madre de 4 hijos, licenciada en Derecho en la Universidad de Salamanca y ganadera. En 2012, pidió su jefe salir voluntariamente del equipo que dirigía de 57 personas y saltar de pforesión, a la que le hacía feliz. La pacense es uno de los catorce rostros que exhibe el Banco Santander en una exposición fotográfica que reivindica el talento referencial femenino . ¿Por qué se ha colado entre Ana Rosa Quintana, Mireia Belmonte y Ainhoa Arteta ? Ella misma da las razones en esta entrevista.

Polifacética como es usted, ¿cuál es su auténtica vocación?

Siempre tuve en mente volver al campo. Aunque mi vida profesional transcurrió en la Banca albergaba la esperanza de gestionar la explotación ganadera en una dehesa de propiedad familiar. Pero reconozco que no he sido mujer de una sola vocación. Desde pequeña me sentí con la necesidad de adquirir compromisos con mi entorno, lo que me llevo ya desde muy joven a desempeñar cargos en la política o en el mundo asociativo. Actualmente presido la Federación Española de la Dehesa de la que soy promotora junto a personas del mundo ganadero y universitario y la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo. También pertenezco al grupo de Ganaderas en Red.

Comenzó con una partida de ovejas merinas, para los bisoños en ganadería, ¿qué es y por qué le apasionan?

La merina es una raza autóctona provenitente de la Península Ibérica, muy adaptada a las condiciones de nuestro clima mediterráneo y nuestros suelos, por lo que es una raza rústica. Es pequeñita, fuerte y muy sufrida. Por eso ha sido la raza mas extendida en el mundo. Mi pasión tiene que ver con mi infancia. Nací en el campo y allí me crié hasta los 6 años, cuando fui a vivir a Badajoz. Las tres hermanas pasábamos el día descubriendo la naturaleza, libres en aquella dehesa maravillosa. La vida en el campo está mucho más en consonancia con lo que realmente somos . En la ciudad la dinámica, el ruido, las prisas hacen que vivamos al margen de nuestro destino, olvidamos que somos mortales. En el campo no eres nadie; pero la gente necesita sentirse importante...

¿Cómo  da el salto de la Banca a la dehesa?

Ser directiva de Banca me llenó en la primera época porque tenías la capacidad de dar oportunidades a la gente. Entonces los bancos eran otra cosa. Tras la crisis se hizo insoportable, lo que fue decisivo para cambiar mi vida. Creo que las personas deberíamos escuchar la voz interior que llevamos dentro. Para vivir se necesita muchísimo menos de lo que nos creemos.

¿Quién se resiste a tener a una mujer a los mandos?

El enfoque del problema no es ése, sino la propia mujer que dirige. Es una cuestión de confianza en nosotras, de no autocuestionarnos ni sentirnos culpables por dirigir o por tomar las decisiones en el equipo. Cuando somos resolutivas, y llevamos las características femeninas de empatía, complicidad, compresión, y trabajamos duro, no creo que se nos cuestione por ser mujeres.

Dígame un episodio machista que a usted le haya escamado...

Al principio iba a negociar precios o a comprar herramientas con mi marido. A pesar de ser yo la que iniciaba el trato, el interlocutor, que solía ser hombre, se dirigía a mi marido. Era muy chocante, porque automáticamente se presumía que «la voz cantante» la llevaba él.

Si una niña le dice a sus padres que quiere ser pastora, ¿cómo reaccionan?

La primera reacción sería quitárselo de la cabeza. Supongo que se vería como algo estrafalario . Nos queda mucho.

La tecnología nos aliará con el futuro en muchos sectores. ¿Y en el suyo?

Las herramientas tecnológicas aplicadas a la ganadería extensiva son fundamentales.

«Las máquinas están desplazando la necesidad del esfueroz físico»

Cuando haya robots, ¿se erradicarán las costumbres machistas?

Lo masculino, y especialmente en el medio rural, siempre ha estado ligado a la fuerza física . Las máquinas han ido desplazando esa necesidad y cuanto más sofisticadas sean, menos requerirán del esfuerzo físico, por lo que la tecnología es una gran aliada nuestra.

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