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La mujer condenada por maltratar a bebés en su guardería trabaja ahora en otra de Palma de Mallorca

Carmen Luciane defiende su inocencia, aunque se declaró culpable y firmó un acuerdo para seguir trabajando

Carmen Luciane, durante el programa IB3

ABC.ES

La propietaria se la guardería de Palma de Mallorca que fue condenada a seis meses de prisión y a una multa de 300 euros por humillar a bebés trabaja ahora en otro parvulario, tal como ha asegurado la propia condenada, Carmen Luciane, en el programa «5 Dies», de IB3.

Luciane, que ha defendido su inocencia, asegura que todo el asunto responde a un complot de varias ex trabajadoras de la guardería Poc a Poc del Coll d'en Rabassa, de la que era dueña, por lo que se vio obligada a declararse culpable. Eso sí, firmó el acuerdo de conformidad y accedió a pagar las multas a cambio de continuar trabajando y mantener la custodia de sus tres hijos. Y así lo ha hecho, pues actualmente trabaja en el jardín de infancia de Palma «Nit i Dia», tras verse obligada a cerrar la otra por los maltratos a niños.

Sin embargo, en el mismo programa, una ex trabajadora de la guardería confirmó los maltratos a niños por los que esta mujer fue condenada . «Nadie se atrevía a denunciar porque esta señora nos amenazaba con que nos haría la vida imposible», relató.

Durante el juicio, Carmen Luciane admitió que, entre mayo y noviembre de 2015, encerraba a los bebés a oscuras durante horas, les hacía ingerir su propio vómito y les dejaba sentados en la taza del váter durante más de una hora si se orinaban encima.

Por su parte, la Federación de Escuelas Infantiles de Baleares, FEIPIMEB, manifestó su «total repulsa» por estos malos tratos a niños: «Nos duele y a la vez nos repugna que haya surgido un caso así», dijo su presidenta, Francisca Picornell.

En nombre de los empresarios y trabajadores a quienes representa, la entidad manifestó en un comunicado su repulsa tras conocerse la condena y recalcó que entre sus fines figura «trabajar en pos de la protección de la infancia, siempre en base a un estricto código ético, fomentando el aprendizaje y el desarrollo de los valores básicos de toda sociedad».

La presidenta de FEIPIMEB, Francisca Picornell, aseguró que «un centro Infantil debe ser un lugar donde, por encima de todo debe primar el amor, la atención y el respeto a los niños y así garantizar su óptimo desarrollo tanto a nivel emocional como físico».

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