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La mujer andaluza de Carbonell abandona la etiqueta por primera vez en 150 años

Lo hace con motivos solidarios: para apoyar a Acción contra el Hambre a paliar la desnutrición infantil

Una etiqueta con mucha historia ABC

S. S.

Desde hoy, una madre maliense con su niño en brazos , una mujer de Mauritania que trae agua de un pozo y una niña refugiada de origen sirio son las tres llamativas ilustraciones que sustituyen a la mujer andaluza de las etiquetas de Carbonell. Las botellas de aceite de oliva, un ingrediente tan cotidiano en nuestra cocina, pretenden ser el vehículo a través del cual llegue a miles de cocinas españolas la realidad de la falta de alimentos y agua potable en otras regiones del mundo, y contribuir a paliar la desnutrición.

Esta campaña especial de Carbonell a favor de Acción contra el Hambre pondrá a la venta una edición limitada de 200.000 botellas de Carbonell Original 0,4 donde la marca líder de aceite de oliva donará el 50% de los beneficios a los fondos de la ONG destinados a proyectos de lucha contra la desnutrición infantil.

Esta organización humanitaria internacional está enfocada en la prevención, diagnóstico y tratamiento de la desnutrición. Cuenta con una trayectoria de 40 años, ayuda a 15 millones de personas en 50 países en proyectos de cooperación, ayuda al desarrollo y en casos de emergencia, brindando acceso a agua segura, alimentos, formación y cuidados básicos de la salud.

Elegir esta edición especial, con la misma calidad de producto y el precio de siempre, a la hora de hacer la compra, será un pequeño gesto decisivo con el que cada consumidor podrá involucrarse y cambiar la vida de miles de personas.

Con los beneficios obtenidos de esta acción se podría salvar a 12.000 niños y niñas con desnutrición aguda, proporcionar higiene básica a 2.500 familias, semillas para al autoabastecimiento anual de 5.000 familias y ofrecer tratamiento nutricional a 20.000 niños y niñas. Un pequeño grano de arena en la lucha para hacer desaparecer una cifra: 815 millones de personas subalimentadas en el mundo.

«Las botellas de aceite son un elemento indispensable en las distribuciones alimentarias a las familias amenazadas por el hambre en los países en los que trabajamos. La alianza con Carbonell nos permite afianzar este vínculo, y es un lujo poder hacerlo desde su emblemática mujer andaluza. La hemos convertido en símbolo de solidaridad transformándola durante unos días en otras mujeres del mundo que luchan contra el hambre a diario», explica Carmen Gayo , directora de comunicación y fundraising de Acción contra el Hambre.

Francisco Rionda , director de marketing operacional de Deoleo comentaba: «Las marcas tenemos que hacer más. Somos agentes activos en la sociedad con todas las obligaciones y compromisos que eso conlleva. La idea de colaboración ha surgido de forma espontánea y natural cuando desarrollamos nuestra campaña "Sé de un lugar donde se come bien", hemos recibido todo el apoyo en Deoleo y ha sido un lujo poder hacerlo con un partner como Acción Contra el Hambre».

Así, la marca especializada en alimentación y esta ONG en desnutrición, se dan la mano para llevar a cabo una impactante campaña especial para dar luz y visibilidad a otras realidades, en un escenario tan cotidiano como los pasillos del supermercado y las cocinas.

Una etiqueta con mucha historia

En 1910 Carbonell presentaba al mundo su emblemática imagen, ilustrada por el pintor, escultor y fotógrafo Pere Casas Abarca , que ha representado a la empresa hasta la actualidad y se ha convertido en un icono y tarjeta de presentación. Ya en su momento fue una imagen rompedora y moderna que se convirtió en referente de diseño e ilustración de envases.

No ha sido hasta 2018, con motivo de esta campaña de sensibilización, cuando la marca presenta su primera edición solidaria y vuelve a sorprender y a ofrecer otra imagen rompedora: la icónica andaluza de la etiqueta cede protagonismo a aquellos que más lo necesitan representados en 3 mujeres de otras realidades sociales con dificultades para acceder a alimentación y agua en distintos puntos del globo.

Un impactante visual poco habitual en los supermercados, que llama la atención y muestra distintas partes del mundo en las que Carbonell ayudará con la colaboración de aquellos que elijan el producto en el carro de la compra, al mismo precio que la botella habitual. Mismo precio, misma calidad de producto, y mucha más calidad humana.

Historias detrás de cada nueva etiqueta

Las mujeres están en primera línea en el frente contra el hambre, por ello se han escogido tres mujeres que representan a miles de situaciones a lo largo y ancho del planeta. Son productoras del 48% de los alimentos aunque sólo poseen el 1% de la tierra productiva y apenas tienen acceso a créditos o fertilizantes impactando. Las consecuencias las sufre toda la comunidad.

La madre, en Mali

Las mujeres, a menudo con cinco o seis hijos a su cargo, son las principales responsables de su alimentación y cuidado durante los primeros años de vida. Además, su propia salud nutricional impactará en el bebé no sólo durante la gestación sino también durante el periodo de lactancia que se ha demostrado fundamental para combatir la mortalidad infantil relacionada con la desnutrición. Cuidar de estas madres es la clave para cuidar de la familia entera.

La mujer del pozo, en Mauritania

En muchos países como este las mujeres y las niñas son las responsables de la búsqueda diaria de agua segura, para lo que tienen que caminar hasta 5 km diarios. Construyendo más pozos y redes de agua podremos no solo reducir las enfermedades sino también conseguir que las niñas no abandonen el colegio para proveer de agua a la familia y estén mejor preparadas para el futuro. La educación de las mujeres podría contribuir en un 43% a reducir la desnutrición infantil.

La niña refugiada, en Siria

Más de la mitad de los 65 millones de refugiados son niños y niñas. En el caso de Siria, muchas familias llevan ya siete años lejos de su hogar y su escuela. Las niñas y las mujeres sufren especialmente la huida, ya que a la violencia del conflicto a menudo se añade la violencia sexual. En este momento, hay más desplazados que nunca desde la Segunda Guerra Mundial.

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