La Menéndez Pelayo se desintegra desde la llegada de la rectora elegida por el Gobierno de Sánchez

La UIMP sufre una desbandada de cargos directivos desde que Luz Morán fue nombrada rectora. En dos años y medio han dimitido cinco secretarios generales, varios vicerrectores y el gerente

La institución académica habla de «concatenación de casualidades» mientras afronta su reorganización

El Palacio de La Magdalena, donde habitalmente la UIMP hace sus cursos de verano Miguel Muñiz

Rocío Fernandez Ortiz

En apenas dos años y medio la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) ha tenido cinco secretarios generales y se ha quedado con al menos un vicerrector menos, fruto de otras tantas dimisiones en el equipo rectoral, y que forman parte de un reguero de ... marchas que se han ido sucediendo en la cúpula de la institución académica desde que María Luz Morán Calvo-Sotelo fue nombrada al frente de la misma, convirtiéndose así en la primera mujer en dirigirla en toda su historia.

La renuncia sonora más madrugadora tuvo lugar tan solo un mes después de aterrizar en el cargo y la más reciente se ha producido este mismo verano , días antes de que arrancaran los cursos de verano en Santander, marcados por una menguada oferta y las aulas y pasillos del Palacio de la Magdalena prácticamente desiertos, con la descomposición interna de la UIMP como telón de fondo.

El último en abandonar el barco ha sido el hasta ahora gerente, Francisco Javier Sevillano, que ha cesado a petición propia alegando «motivos personales», los mismos que han esgrimido los demás directivos que se han ido desde 2019. Catedrático de Economía, fue responsable de la rápida adecuación del método tradicional presencial al virtual impuesto en 2020 por la pandemia del coronavirus, y trabajaba además en la reestructuración de la Menéndez Pelayo.

También fue clave la marcha de una vicerrectora, María del Mar García Hernández, encargada de Difusión e Intercambio Científico y quien llevaba el control de la actividad académica, y que se fue igualmente a pocos días de iniciarse el programa lectivo y cultural en la capital cántabra. Meses antes, en diciembre, se había ido Andrés Hoyo, responsable del Vicerrectorado de Extensión Universitaria, Relaciones Institucionales y Campus de Las Llamas, y en marzo hizo lo propio su compañero Miguel Remacha , que llevaba el departamento de Posgrado e Investigación.

Pero desde que la nueva rectora, hija del exministro socialista Fernando Morán, fue designada en el puesto, -a finales de 2018 por el Gobierno de Pedro Sánchez y a propuesta del entonces titular de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque-, la Secretaría General de la UIMP ha sido ocupada por cinco personas. El primer cambio se produjo en enero de 2019 y el segundo, un mes después. Luego, hubo relevos en otoño de ese año y a principios de este.

Carga laboral

Y no acaba ahí la fuga de personal en esta universidad, creada hace casi un siglo y con sedes repartidas por todo el país. En estamentos inferiores a la dirección también es notable la desbandada, por la vía de excedencias, traslados o comisiones de servicio , entre la plantilla, que cuenta con más de un centenar de empleados fijos.

Fuentes oficiales de la entidad académica justifican este «trasiego», que ven «más normal» que en otras instituciones, indicando al respecto que en algunos casos las marchas obedecen a que los trabajadores no pueden asumir la carga laboral , y no ven compensado el esfuerzo que tienen que realizar con la prestación económica que reciben.

Y en primera línea, las citadas fuentes no dan mayor relevancia a lo sucedido. Admiten que ha habido una «concatenación de dimisiones» -o de «casualidades»- y creen que, de no haber sido por la reciente marcha del gerente, las de los vicerrectores no habrían «llamado la atención» . O al menos, no tanto. En todo caso, enmarcan también las renuncias en el contexto actual de pandemia y lo vinculan asimismo con los salarios , que hace -dicen- que a veces no compense asumir ciertas responsabilidades.

Recuerdan en este sentido que la rectora es la única que tiene dedicación exclusiva en la UIMP, mientras que el resto de integrantes de su equipo no, ya que pertenecen a otras instituciones y cobran un «pequeño» plus por su labor en esta universidad, fundada hace casi nueve décadas y que es la única pública, junto con la UNED -la Universidad Nacional de Educación a Distancia- que depende del Estado.

Superado el ecuador del verano, la Menéndez Pelayo afronta la parte final de la actividad estival en la capital cántabra con la vista puesta en la reorganización interna, teniendo en cuenta el déficit de personal y sin descartar cambios en la dirección.

La rectora cancela un curso

El movimiento en los despachos contrasta con la parálisis en las clases , prácticamente vacías de alumnos en la Menéndez Pelayo, en tanto que el Campus de Las Llamas, que antes era como un 'college' británico ahora se asemeja más a una «residencia de estudiantes», como comparan otras fuentes conocedoras de la institución. El descenso de la actividad en la sede santanderina choca con el auge experimentado este verano en los cursos de El Escorial.

Junto al Cantábrico, sin embargo, se ha llegado a cancelar un seminario médico justo antes de iniciarse por decisión de la propia rectora, y porque solo había una profesora -frente a nueve hombres- entre los científicos invitados, líderes en la materia a nivel mundial y procedentes de Estados Unidos, Reino Unido e Irlanda, además de España. Se trataba de la XIX Escuela Internacional de Farmacología, que organiza la Fundación Teófilo Hernando. 'Terapias avanzadas para tratar enfermedades neurológicas' estaba programada para la última semana de julio, del 26 al 30, pero días antes Morán se dirigió al director de la entidad, Antonio García, profesor emérito de Farmacología por la Universidad Autónoma de Madrid, solicitándole más mujeres en el aula, siguiendo así las directrices del Gobierno de España.

Ante la imposibilidad de acometer un cambio tan drástico y en tan breve plazo, la máxima responsable de la UIMP optó por suspender el curso por el desequilibrio de género de los ponentes . «Con tan solo una semana de antelación, la rectora me pedía que cambiara a algunos hombres científicos que trabajan en la vanguardia de la neurociencia y las enfermedades neurológicas por mujeres científicas de igual nivel. Como le dije que en tan corto espacio de tiempo era imposible hacer esos cambios, y que en futuras ediciones de la escuela intentaría avanzar en el equilibrio hombre científico-mujer científica, la rectora tomó mi negativa como argumento para cancelar la escuela», explica en una carta su responsable.

«Desconozco si la actual rectora sabe lo que es el espíritu de la UIMP. Lo que parece seguro es que ignoraba por completo la trayectoria de 25 años de la Escuela de Farmacología 'Teófilo Hernando', que ha cultivado, potenciado y transmitido ese espíritu a más de 500 estudiantes en un ambiente extraordinario de interacción profesor-alumno. Con la cancelación, ha roto esa trayectoria sin que, para nada, esta arbitraria decisión ayude a la paridad de género en la ciencia española y universal».

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