El mayordomo del Papa tenía más de mil documentos confidenciales en su casa

Entre los documentos descubiertos en el registro de su casa el pasado 23 de mayo, figuran mensajes cifrados de los que suelen circular entre el Vaticano y las nunciaturas, así como «documentos referentes a la vida familiar privada del Papa», algunos de los cuales llevaban una indicación precisa en alemán: «Destruir» . Por tratarse de documentos personales y familiares de un ciudadano, y no de documentos de gobierno, haberlos sustraído supone, de hecho, un delito contra la privacidad, del que no se le acusa en este proceso, ya de por sí bastante abultado.

La mayoría de los documentos encontrados eran fotocopias, pero había también algunos originales. Tanto unos como otros se encontraban en medio de recortes de periódico, paginas impresas de internet y otro material de menor interés, dando la impresión de que se trataba de «un desorden no desordenado».

En otras palabras, que los mil y pico documentos importantes estaban escondidos en medio de recortes de prensa y de papeles sin interés sobre temas secundarios como la masonería, el yoga, etc., por un total superior a los cien mil.

El interrogatorio de los cuatro gendarmes, a petición de la defensa, tenía evidentemente por objeto descubrir algunas irregularidades en el registro de la casa y el examen de los documentos, así como hacer ver que en realidad no eran tantos. Pero el resultado fue justamente el contrario, dejando al Tribunal y al público con la impresión de que el registro de la casa del mayordomo y su inmediato arresto le impidieron de hecho divulgar muchísimos más documentos personales de Joseph Ratzinger, sus amigos y su familia.

El juez-presidente Giuseppe Dalla Torre convocó para el próximo sábado a las 9 de la mañana la última sesión del juicio en la que tendrán lugar los discursos finales del fiscal y de la abogada defensora. Concluidos ambos, el acusado puede tomar la palabra si lo desea. A continuación, los tres jueces se retirarán en la cámara de consejo contigua, hasta que salgan para emitir la sentencia. La saga del «mayordomo infiel» habrá llegado a su punto final.