Madrid, la comunidad con menos incidencia acumulada de la península

Si nos remontamos al 9 de octubre, justo antes de que se declarase el estado de alarma que impidió la movilidad en la Comunidad de Madrid, la incidencia acumulada estaba en 540,64 casos diagnosticados por cada 100.000 habitantes , la más alta de toda España tan solo por detrás de Navarra. Dos semanas más tarde, el 23 de octubre (que corresponde a los momentos previos a la declaración de estado de alarma en todo el territorio nacional), ya habían comenzado a dispararse los casos en el resto del país. Aquí es donde ya se empieza a ver que Madrid comienza a descender su IA, mientras que el resto de comunidades, en su mayoría, sufren el efecto contrario. En esa fecha ya había ocho territorios por encima de la capital.

Dos semanas más tarde, tras comenzar a aplicarse medidas más restrictivas como el toque de queda, Madrid contaba con una incidencia de 364,03 casos por cada 100.000. Por entonces, ya había doce regiones que empeoraban esos datos, destacando los de Navarra, con 1118, o Aragón con 1077. En aquel momento comienza a preocupar el repunte de algunos territorios que habían presentado muy buena evolución en la primera ola y durante el verano, como es el caso de Asturias o Cantabria, que ya empezaron a aplicar medidas aún más duras para evitar un colapso en sus servicios sanitarios.

Si nos centramos en la actualización más reciente facilitada por el Ministerio de Sanidad, la de ayer viernes, se ve cómo la Comunidad de Madrid registra 285,52 casos por 100.000 habitantes. Si lo comparamos con el resto del país, es la cifra más baja de los territorios peninsulares, aunque muy cerca de Galicia (286,68) y Comunidad Valenciana (299,53). Canarias y Baleares son los únicos territorios que muestran mejores datos, con 79,92 y 225,41 respectivamente.

A pesar de haber tomado medidas restrictivas como el confinamiento perimetral por áreas de salud, el toque de queda o la limitación de reuniones, el Gobierno de la Comunidad de Madrid se ha mantenido firme a la hora de evitar cerrar la hostelería y el comercio. Mientras que otras regiones sí que han apostado por este tipo de medidas, las calles de la capital han permanecido activas durante todo este tiempo sin que ello haya perjudicado a la buena evolución de los datos de la pandemia.