Madre tras doce abortos espontáneos

Una unidad pionera del Hospital Clínico de Madrid logra más de 250 niños 'milagro' en mujeres que no lograban llevar su embarazo a término

Lea Collignon, en el centro, con sus médicos Silvia Sánchez-Ramón e Ignacio Cristóbal ABC

09/02/2022
Actualizado 10/02/2022 a las 02:08h.

Catorce gestaciones, doce abortos espontáneos y, al fin, un niño 'milagro' de casi 3 años y otro en camino. Lea Collignon resume sus últimos ocho años de vida con rapidez, casi con la frialdad del que cuenta el problema de otro. Aunque en una sola ... frase sea capaz de condensar un periplo de pruebas, tratamientos de reproducción asistida y frustración, mucha frustración hasta que pudo ser madre . «Nunca tuve problemas para quedarme embarazada, siempre me resultó fácil, pero lo perdía cada vez y volvía a intentarlo», cuenta a ABC. Después de cada aborto espontáneo, el médico la consolaba con un «no te preocupes, que eres joven, ya volverás a quedarte embarazada» y, así, hasta la siguiente ocasión. Al quinto aborto, pensó que lo que le ocurría «no podía ser normal» y peleó por una cita en una unidad especializada en fertilidad.

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En el Hospital Clínico San Carlos de Madrid descubrió que lo que le pasaba no era casual. Sus fallos gestacionales repetidos se debían a alteraciones inmunológicas que le impedían llevar a término sus embarazos. El abanico de problemas del sistema inmune que pueden hacer fracasar una gestación es florido y en algunos casos, como el de Lea, a veces se complica con varios problemas al mismo tiempo .

«Al quinto aborto, pensé que no podía ser normal y pedí que me dieran una cita con un especialista en fertilidad»

Tratamiento personalizado

Las alteraciones van desde celiaquía no diagnosticada hasta alteraciones del reconocimiento inmunológico que llevan al organismo humano a no reconocer como propia la nueva vida que empieza a gestarse en su interior. «Por eso, no hay un único tratamiento para cada paciente y debemos personalizar en cada uno la terapia más indicada para su problema. A veces, basta con retirar el gluten para lograr el embarazo o prescribir un tratamiento con corticoides. Y en la mayoría de los casos se logra con fecundación natural, sin necesidad de recurrir a un tratamiento de reproducción asistida. Lo más importante es tener un buen diagnóstico y no perder el tiempo con mujeres con más de dos abortos», explica Silvia Sánchez-Ramón, jefa del servicio de Inmunología Clínica del San Carlos.

En otros casos, el abordaje es más complejo. A Lea le diagnosticaron una enfermedad de Crohn, síndrome antifosfolipídico obstétrico, trombofilia y una inmunodeficiencia, entre otras alteraciones. Nunca antes había notado nada, salvo los abortos no había tenido antes otros síntomas. Aunque cuando sus médicos le pedían que echara la vista atrás se recordaba siempre como una niña enfermiza , con otitis y neumonías recurrentes, a las que nunca nadie dio importancia. Hasta que quiso ser madre.

«Nunca me imaginé que pudiera ser madre después de tantos años de sufrimiento. Con uno ya era feliz, dos es la perfección; no pido más»

Una unidad pionera

Como Lea, otras 250 mujeres con fallo gestacional repetido han conseguido ser madres, gracias a la unidad pionera del Clínico y que conecta el servicio de Ginecología con el de Inmunología. Por esta consulta de inmunología reproductiva, pasan mujeres que consiguen quedarse embarazadas pero tienen fallos de implantación del embri ón y abortos recurrentes. « Un simple análisis de sangre nos da pistas para seleccionar qué pacientes tenemos que derivar a esta consulta. Nuestro éxito es la colaboración estrecha entre inmunólogos y ginecólogos», opina Ignacio Cristóbal, jefe de la Unidad de Reproducción Asistida del hospital.

De todas las mujeres tratadas hasta ahora destaca Lea, un caso difícil que ha tenido un final feliz, aunque sus primeros tratamientos también fracasaron . Hundida y deprimida, decidió tirar la toalla durante años. Ahora tiene a Enzo, su ‘niño milagro’ de casi tres añitos y un hermano o hermana en camino al que está «deseando ver la carita». «Nunca me imaginé que pudiera ser madre después de tantos años de sufrimiento. Con uno ya era feliz, dos es la perfección; no pido más».