Madeleine McCann, un caso abierto quince años después

Lo único que se sabe a ciencia cierta es que aquel 3 de mayo del 2007, la menor, que el día 12 del mismo mes iba a cumplir 4 años, dormía junto a sus hermanos pequeños, los mellizos Sean y Amelie, en un apartamento del resort Ocean Club de la ciudad turística Praia da Luz mientras sus padres y un grupo de amigos cenaban en un restaurante a unos 80 metros de distancia. En un momento en el que fue a comprobar cómo estaban sus hijos, Kate McCann descubrió que Madeleine no estaba en su cama.

Entonces comenzó una de las campañas de búsqueda más sorprendentes de la historia reciente, no solo por la cantidad de medios humanos y económicos que se han destinado a intentar dar con el paradero de la pequeña, o por la impactante campaña mediática que pusieron en marcha sus padres, sino también porque entre versiones oficiales y no oficiales, se escribió un guion digno de telenovela . Los padres pasaron de ser víctimas a victimarios , salieron a la luz los nombres de otros sospechosos y se han publicado decenas de libros al respecto.

El más polémico, ‘Maddie, a Verdade da Mentira’ (traducido al castellano como ‘Maddie, la verdad de la mentira’), obra de Gonçalo Amaral, el inspector jefe de la Policía Judicial portuguesa. Amaral llevó el caso al principio y tres lustros más tarde sigue defendiendo que los padres son los culpables de la muerte de la menor . Sus críticas a las fuerzas policiales británicas provocaron en su momento un conflicto entre Portugal y Reino Unido que se saldó con su destitución.

Pero la cosa no queda solo en la literatura y también la pequeña pantalla se ha llenado de información, reportajes y series sobre el caso, que sigue despertando curiosidad, pasiones, discusiones y, por supuesto, tristeza entre un público que, como los padres, parece seguir esperando un milagro. O al menos, un final para tanta incertidumbre.

En el 2019, Netflix estrenó el documental con formato de miniserie ‘La desaparición de Madeleine McCann’, dirigido por el documentalista Chris Smith, que por la cantidad de personas que lo vieron fue probablemente la guinda del pastel de una repercusión mediática que con el paso del tiempo, sencillamente, no cesa.

A todo esto se suma el libro que escribieron Gerry y Kate McCann y al que le hacen publicidad en la página web que pusieron en funcionamiento tras la desaparición de la niña, ‘findmadeleine.com’, que sigue activa y en que hablan de su hija, que estaría a punto de cumplir 19 años, como si siguiera viva: «Madeleine es una niña muy feliz, con una personalidad extrovertida. Siempre ha sido una personita muy popular , que atrae tanto a niños como a adultos con su conversación divertida y entretenida», reza un texto sobre la menor, que continúa diciendo que «ella tiene muchos amigos que obviamente la echan mucho de menos».

La web es actualizada con frecuencia con comunicados oficiales , como el que señala que «este año cumplimos quince años desde la última vez que vimos a Madeleine» y destacan que «independientemente del resultado, Madeleine siempre será nuestra hija y se ha cometido un crimen verdaderamente horrible», por lo que aseguran que siguen necesitando «respuestas», que llegarán, creen, gracias al «esfuerzo policial combinado» , así como al «trabajo continuo y el compromiso de las autoridades del Reino Unido, Portugal y Alemania».

Y es que cuando parecía que no había más donde rascar, y con Scotland Yard a punto de cerrar su investigación sobre el caso, la Operación Grange, cuyo coste asciende a 13 millones de libras esterlinas (unos 15,5 millones de euros), aparece un sospechoso oficial de la desaparición de la niña, el violador alemán Christian Brueckner, aunque aún no ha sido acusado de ningún delito relacionado con la menor.

El anuncio lo hizo la policía portuguesa el mes pasado, después de que las autoridades alemanas revelaran en 2020 que estaban investigando a este hombre, de 45 años, y que actualmente está en prisión tras ser condenado por un delito relacionado con drogas . Además tendrá que pasar siete años entre rejas por haber violado a una mujer de 72 años.

La policía británica manifestó que sus investigadores continúan «comprometidos en hacer lo que podamos para encontrar respuestas» y esta misma semana se ha conocido que los investigadores alemanes encontraron nuevas pruebas que podrían incriminar a Brueckner, que tiene antecedentes por otros delitos sexuales .

Algunos medios, como el sensacionalista británico ‘The Sun’, especularon con que habrían encontrado fibras de un pijama rosa de la niña en su vehículo, después de que el fiscal alemán Hans-Christian Wolters asegurara en una entrevista en la cadena portuguesa CMTV el martes que «gracias a nuestras pruebas, estamos seguros de que es el asesino de Madeleine McCann. Estamos seguros de que él la mató». Y añadió, tras la insistencia de la periodista, que no quería negar la información de que habían encontrado «algo» perteneciente a Maddie en la caravana del sospechoso.

Pero en sus primeras declaraciones tras dicha entrevista, Wolters explicó, en exclusiva para el ‘MailOnline’, que no es verdad que tengan fibras de la prenda de la niña. «Toda la historia sobre los rastros de fibras es una completa tontería», dijo, y añadió: «En la entrevista dije que habíamos encontrado nuevas pruebas en los últimos dos años ». «Todo lo que hemos encontrado nos confirma que no vamos en una dirección sin sentido», pero puntualizó que no podía decir nada más en ese momento.

«Puedo decirle que la nueva evidencia que tenemos no es evidencia forense , pero no estoy autorizado a dar más detalles. Seguimos convencidos de que el sospechoso en prisión es el responsable del crimen. No hay coartada . El sospechoso no nos dio una coartada y no la encontramos durante nuestras investigaciones». El sospechoso, sin embargo, niega la mayor.

«Es un gran consuelo saber que, independientemente del tiempo que haya pasado, Madeleine sigue estando en el corazón y la mente de las personas. Gracias.», dicen por su parte Kate y Gerry McCann en su web, que mientras llega el esperado desenlace del caso de su hija, viven el día a día con Sean y Amelie en su casa de Loughborough, en la localidad inglesa de Leicestershire . Allí esperan recibir por fin una noticia que les ayude a «encontrar la paz» y allí se reunieron el martes junto a sus vecinos para orar por Maddie y encender velas en su memoria.