La lucha canaria le planta cara al volcán de Cumbre Vieja
Los luchadores canarios se vuelcan en ayudar a los afectados por el volcán evacuando casas y cargando muebles en honor a los valores de este deporte
Los luchadores Ruyman Leal y Rafael Fernández González, en El Pasco, La Palma
Cuenta Rafael Fernández González , palmero de 26 años, que hay una canción dedicada a la lucha canaria que dice: « El grande perdió, el chico ganó ; canario lucha como lucharon los guanches; lucha canario, desde el mar hasta la cumbre».
Su casi ... metro noventa y sus 150 kilos, sus manos grandes y callosas y su ancho cuello no imponen hasta que se pone de pie y abandona la pequeña escalera que lleva a su portal, al ver llegar a ABC. Su casa, rodeada de plataneras y donde reside con su mujer y su bebé de 13 meses, está ya vacía «por si acaso» llegara la lava . La canción que recuerda Rafael viene a decir que no hace falta ser un luchador como los de sumo para derribar al de enfrente. Y ahora ese mensaje cobra más fuerza que nunca, pero con un nuevo e inesperado contrincante. ¿Son ellos los que ahora harán caer al volcán? La humildad parece estar grabada en los carné de identidad de los palmeros en general y de los luchadores particular pero su inmensa solidaridad sí puede ganarle la batalla a Cumbre Vieja .
La lucha canaria es el deporte tradicional de las Islas por excelencia. Nació en el archipiélago y es único en el mundo. Consiste en una batalla cuerpo a cuerpo, en la que dos luchadores se pegan, hombro con hombro, y estrechan sus respectivas manos derechas mientras que las izquierdas agarran el pantalón del contrario a la espera de que el árbitro toque el silbato para para dar inicio a la ‘agarrada’. El objetivo es desequilibrar al contrario y hacerle tocar el suelo con cualquier parte del cuerpo con excepción de la planta de los pies. No hay luchador que hable de este deporte sin mencionar sus fuertes vínculos con valores como la lealtad, la nobleza y la solidaridad . Esos valores que ahora les llevan a ayudar a sus vecinos, a sus familiares y amigos desalojando viviendas, levantando pesados muebles, salvando recuerdos, alimentando animales o lo que haga falta.
Este joven palmero que empezó en la lucha canaria con 18 años estuvo las dos primeras semanas desde el comienzo de la erupción retirando ceniza de los tejados como parte del trabajo de una empresa privada dependiente del ayuntamiento, pero también ha hecho de voluntario ayudando a sus vecinos a evacuar o llevando comida a los animales rescatados. « Les he dado de comer a perros, cabras, vacas... », la fuente de trabajo y afectos de sus vecinos. Para Fernández, la lucha canaria «genera respeto hacia el compañero; el vencedor levanta del suelo al vencido y lo abraza», resume este joven palmero que, como tantos otros luchadores han tenido que dejado de jugar, primero por culpa del Covid (es un deporte de muchísimo contacto) y ahora, por culpa del volcán . «La lava se comió el techo del terreno donde entrenábamos». El espacio estaba en el barrio de Las Manchas (en El Paso) uno de los primeros en ser engullidos por Cumbre Vieja.
La lava rozando los pies
Quien vio la lava a centímetros de su casa fue Ruyman Leal (nombre guanche, aclara), de 35 años oriundo de Todoque, otro barrio (en Los Llanos) que ya no existe por culpa del volcán . «El día después de la erupción tenía la lava encima, se detuvo unos días y a la semana se comió mi casa entera», cuenta este luchador con 14 años de experiencia, motero, de enormes brazos tatuados con los ojos cubiertos de lágrimas como un niño. Perdió la casa en la que vivía con cinco miembros de su familia. Ahora está en lo de su abuela, en El Paso, y en el tiempo que le queda cuando termina de trabajar en la parte de mantenimiento del Instituto Eusebio Barreto Lorenzo de Los Llanos se arremanga y se pone a ayudar. «Cada vez que suena el teléfono ayudo», dice este palmero, también del club de lucha Tamanca, como Rafael.
Ruyman eligió la lucha canaria porque da una sensación «que no puedo explicar», dice y cavila hasta que encuentra una explicación: «La sensación de desafío que da tener una persona delante de ti mucho más grande o de más categoría y que la puedas tirar al suelo», relata. Pero lo que lo mueve a hacer este deporte es que tiene elemento identitario muy importante: «Lo practico porque es de mi tierra», coincide Rafael. En cualquier caso, ambos reconocen que también tiene mucho de sacrificio, además de que se recibe muy poco dinero . «Es más que nada dinero simbólico», dice Ruyman pero parece compensarles.
«Lo material no vale nada»
Y es que hay algo de la lucha canaria que «solo el que ha estado dentro lo siente, es difícil de expresar, es muy humano y cuando alguien necesita algo, la colaboración es máxima», relata Isaac Lorenzo , presidente del equipo del club de lucha canaria de Aridane desde 2002 y luchador desde el año 1985. Isaac explica que beber de este deporte explica que emane tanta solidaridad entre los luchadores: «La lucha canaria es un deporte muy solidario y cuyos valores pasan de abuelos, a padres e hijos y que ha estado presente cuando ha habido necesidades de todo tipo; siempre se han organizado luchadas para recaudar fondos, es muy humilde, muy canario », relata este vecino de Tazacorte, otro municipio que empezó a ser evacuado aunque aún no tocó su parte. «Sinceramente no tengo nada preparado; si me toca recogeré a última hora... No quiero prepara nada, no me apetece porque al final esto nos ha hecho dar cuenta de que lo material no vale para nada».
'Luchada' benéfica
Isaac está prácticamente inlocalizable. Tiene móvil y Whatsapp pero apenas lo usa. Es que hay para él algo más importante que hacer: ayudar a sus familiares y conocidos. « He estado colaborando en evacuaciones, ayudando a sacar cosas en casas de La Laguna y parte Los Llanos », cuenta Isaac que también ha prestado vehículos para hacer traslados. Pregunta si tiene tiempo, antes de la foto, de ducharse. «¿Me harán la foto solo del torso? Es que estoy pésimamente vestido y lleno de ceniza», dice, con incomprensible vergüenza, después de haber dedicado su jornada a ayudar a paliar el desastre del volcán.
Isaax Lorenzo, luchado desde 1985
Isaac, Rafael, Ruyman... Son una mínima cantidad de nombres de luchadores canarios que miran hoy a La Palma. ABC también habló con José Esteban, luchador palmero que no pudo coger el teléfono porque pasa los días arriba en una furgoneta y ayer, en un lugar impenetrable: Puerto Naos.
También miran a La Palma sus « hermanos » de Gran Canaria, como dice Abián Guillén, luchador del club Ramón Jiménez, de Las Palmas de Gran Canaria.
Abián ha organizado para el próximo día 20 de noviembre una gigante ‘luchada’ benéfica que reunirá a los puntales (es decir, los luchadores más fuertes) y cuyos beneficios se entregarán íntegramente a los afectados por el volcán. « Nos unimos todos porque tenemos los corazones en La Palma y aquí el sentimiento es que todas las islas somos en realidad una », relata este joven que lleva en el deporte desde los 9 años. La idea es repetir el evento en las siete islas, aunque consideran que La Palma será el último destino. Abián recalca que el entusiasmo por el proyecto no solo es suyo sino también de la afición. «Cuando la gente sabe que se necesita ayuda siempre está ahí», señala.