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El lince ibérico atropellado en Portugal nació y se crio en Cáceres

Mistral procedía del centro de Zarza de Granadilla y apareció muerto el 3 de enero de 2019 cerca de la frontera con España

Imagen de archivo del atropello de un lince ibérico ABC
Francisco Chacón

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Un ejemplar masculino de lince ibérico, bautizado con el nombre de Mistral, apareció atropellado el 3 de enero de este 2019 en una autovía de acceso a la localidad portuguesa de Mértola, muy cerca de la frontera con España. Y ahora se sabe que había nacido en el centro de reproducción de Zarza de Granadilla , en la provincia de Cáceres, donde se había criado desde 2015 y del que se escapó recientemente.

El hallazgo del cadáver se registró a 10 kilómetros de Mértola y presentaba signos de haber sufrido un atropellamiento, según ha confirmado el Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques de Portugal.

Se da la circunstancia de que, siete meses atrás, las autoridades encontraron otro lince ibérico muerto en similares características, por lo que los técnicos de la citada institución hablan ya de un «punto negro de mortalidad», toda vez que por los alrededores campan a sus anchas algunas especies salvajes.

Zarza de Granadilla fue, junto con La Olivilla (Jaén) y Acebuche (Parque Nacional de Doñana), uno de los tres centros de reproducción que acogieron a los 29 linces evacuados tras el gigantesco incendio del verano pasado en el Algarve, pues estaban en el enclave portugués de Silves y había que protegerlos de manera urgente para garantizar sus condiciones de vida.

Allí permanecieron hasta que se arreglaron todos los desperfectos causados por el fuego cerca de Monchique, es decir, un periodo de mes y medio desde el día que fueron transportados.

Las llamas arrasaron 27.000 hectáreas en la región turística por excelencia del Portugal continental, con núcleos como Albufeira o Faro. La catástrofe no se redujo a ese área, sino que continuó extendiéndose hacia Silves y Portimao.

Fue en esta segunda oleada cuando el fuego alcanzó al centro especializado en la atención de linces ibéricos, que suele actuar en coordinación con los tres españoles mencionados, dentro del programa europeo que protege la especie con el fin de que no se extinga.

El lince continúa bajo el peligro de alcanzar las vías de extinción, por lo que las autoridades portuguesas y españolas colaboran de manera conjunta a través de diversos programas de ayuda y atención. Un programa completo que se beneficia de una coordinación fluida, lo que redunda en un alto índice de eficacia. Por eso, una de las metas es reducir al máximo los accidentes como el sucedido en Mértola, porque de esta forma se garantizan los niveles vigentes de la población de este especie protegida.

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