Juan Luis Jarillo: «Los católicos nos tenemos que movilizar en todos los ámbitos»

Uno de esos dos candidatos que aspiran a seguir los pasos del cardenal Ángel Herrera Oria, primer presidente de esta asociación de fieles, es Juan Luis Jarillo, abogado y profesor de Derecho Civil en la Universidad CEU San Pablo. Jarillo conoce muy bien la ACdP, cuyo carisma es la evangelización en todos los ámbitos de la vida pública.

—¿Qué retos tiene por delante la ACdP?

—Fomar parte de la sociedad actual. Por un lado, en la política y, por otro, en la vida social. Creo que el gran reto es ser punto de encuentro. Para ello tenemos ser capaces de dar testimonio de esa Iglesia de la alegría, de la ilusión y de la no confrontación.

—¿Cuáles son las ideas principales de su programa?

—Desde el punto de vista de la acción política, mi idea es crear grupos de formación en el que se integren los jóvenes. También formar parte de los partidos políticos dentro de la independencia para que el humanismo cristiano pueda impregnarse en los distintos grupos. Todo eso nos llevará a ser punto de encuentro entre todas las opciones. En el ámbito social, no podemos olvidar que estamos en la Iglesia del Papa Francisco, que tenemos que estar con los que sufren, con los necesitados.

—Este año la ACdP conmemora los 50 años de la muerte de Herrera Oria, ¿que rasgos de su figura son necesarios rescatar para la sociedad de hoy?

—Uno de sus rasgos fundamentales es que entendió la sociedad de su tiempo e intentó participar en ella desde la política, desde lo social, desde los medios de comunicación y desde la cultura. Eso mismo tenemos que hacer hoy. La sociedad está huérfana de esos principios que el cardenal Herrera de alguna manera diseñó y puso en práctica.

—Vuestra asociación tiene una importante presencia en el campo educativo, ¿qué le parece la decisión del Gobierno de que la clase de Religión deje de contar para la nota media?

—Es una pena que no hayamos llegado a un acuerdo educativo después de 35 años de democracia. La religión forma parte de la esencia de la persona y por lo tanto dentro del ámbito educativo es necesario que compute, en su justa medida, como computan las demás asignaturas.

—El Gobierno propone una asignatura de Valores Éticos y Cívicos, ¿teme que pueda volver a ocurrir lo que pasó con Educación para la Ciudadanía?

—Va a suceder lo mismo o incluso será peor porque hay una línea dentro del Gobierno que es de imposición, no de diálogo. Esas líneas de imposición pretenden instaurar un único modelo social, no un modelo plural que es lo que nosotros entendemos que debería ser. Un modelo plural donde todas las ideas y concepciones tengan cabida.

—¿Cuál debe ser el rol de los católicos y qué espacios deberían ocupar frente a la ley de eutanasia que prepara el PSOE?

—La realidad es que nos tenemos que movilizar, pero la movilización debe ser en todos los ámbitos: familiar, social, político. Tenemos que demostrar con hechos que al final los valores del humanismo son muy superiores a lo que se nos está proponiendo. Que la vida humana está por encima.

—El portavoz de la Conferencia Episcopal decía hace unos días que «no se le puede pedir a la Iglesia que vaya encabezando la manifestación», que toca a los ciudadanos tomar conciencia de sus derechos y libertades...

-Totalmente de acuerdo. Creo que la proactividad es el cambio. Nosotros somos los que tenemos que proponer. Tenemos que unir fuerzas entre todos, incluso con los no católicos pero que piensan en la misma dirección, y tender la mano a la sociedad. Todo desde la moderación y el equilibrio, pero también desde el liderazgo y la claridad porque nos estamos jugando mucho.

-El Congreso Católicos y Vida Pública siempre ha sido uno vuestros grandes referentes, ¿cómo ve usted este foro? ¿Cree que es necesario introducir algunos cambios?

-El congreso tiene que evolucionar y cambiar. Aunque en los últimos años se ha hecho, tiene que dar cabida a la sociedad. No puede estar al margen de la sociedad. Tiene que ser valiente y ser un congreso que afronte temas fundamentales como el de la eutanasia, la maternidad subrogada o temas sociales que son importantes para sociedad, como el de la soledad, el abandono. Tiene que ser capaz de ampliar las miras de nuestra propia sociedad.