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Ser joven y alcohólico en el país de los bares

Empezaron a beber siendo muy jóvenes y ya no pudieron parar. Ahora tienen que enfrentarse a diario a reuniones de amigos o comidas familiares en las que el alcohol es un invitado más, excepto para ellos, pues les destroza la vida

Enrique (nombre ficticio) y Diego, frente a la barra de un bar ISABEL PERMUY Vídeo: Fernando Sánchez - Javier Nadales - David Conde
Elena Calvo

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Enrique (nombre ficticio) y Diego recuerdan a la perfección la primera bebida alcohólica que tomaron, pese a que solo tenían 14 y 10 años respectivamente . El primero, una copa de vodka con limón durante las fiestas de un pueblo del norte, donde se ... juntaba con chavales algo más mayores para sentirse «guay». El segundo, un fuerte licor de hierbas de 35 grados y origen alemán que su padre tenía en casa. Lo ingirió acompañado por un buen amigo del colegio que esa noche se quedaba a dormir en su casa. Ahora, con 29, Enrique lleva tres años y diez meses sin beber. Diego, un año menos. Pero no beber no les salva de tener que enfrentarse a diario a situaciones en las que el alcohol es un compañero más. Al contrario, su vida, como la de tantos españoles, consiste en parte en salir a comer con amigos, juntarse en eventos familiares donde descorchar botellas de vino es una tradición o terminar la jornada laboral con los compañeros de trabajo en el bar de la esquina. Aunque sin alcohol, pues son conscientes de que una sola gota destruirá sus vidas.

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